¿Y si Pedro Sánchez decide no pactar con Junts y ERC? ¿Y si alternativamente se envuelve en la bandera española y se presenta como un estadista que, en vez de ceder al chantaje, convoca otra vez a los españoles a las urnas para evitar que el Gobierno de España quede en manos de quienes quieren destruirla? ¿Y si convoca elecciones en enero planteándolas como un plebiscito en este sentido? En realidad se trata de un escenario que algunos observadores, a la vista de los resultados, han barajado ya desde la noche electoral, pero que ahora resurge con alguna intensidad al juramentarse el golpismo catalán para no rebajar ninguno de los puntos de su programa de máximos.
🔴 ÚLTIMA HORA | ERC y Junts pactan no investir a Sánchez si no acepta negociar un referéndum.https://t.co/aNKXYt6Vf2
— THE OBJECTIVE (@TheObjective_es) September 28, 2023
Lo que parece claro en cualquier análisis posible, tratándose de Pedro Sánchez, es que si un escenario le garantiza el poder y otro no, Sánchez elegirá el escenario que le garantice el poder, independientemente de la legalidad del escenario o del precio que tenga que pagar. ¿Y cúal es el escenario que mejor le garantiza el poder?
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Por un lado puede pagar a los separatistas el precio que le exigen. En este caso no tiene que pasar por unas nuevas elecciones y afrontar el riesgo consiguiente y real de que le pueda ganar la derecha. Consideremos que Feijóo se acaba de quedar a tan sólo 4 diputados de la presidencia. El problema en este escenario puede ser cómo llamar al referéndum y cómo venderlo. ¿Pero puede llevarse a efecto? ¿Puede realizarse efectivamente un referéndum de autodeterminación (con el nombre que sea) y producirse eventualmente la independencia efectiva de Cataluña o del País Vasco a continuación? Obviamente podría convocarse esa consulta y que los separatistas la perdieran, de hecho es bastante probable que eso sucediera, ¿pero estaría dispuesto el PSOE a correr ese riesgo o siquiera a abrir esa puerta? Una vez abierta, ¿cómo impedir un segundo referendo, un tercero o un decimocuarto? ¿O con salvar una legislatura a Sánchez le basta? Si por otra parte Cataluña se independizara de España, se evaporaría la mayoría “de progreso” en el conjunto de España. Naturalmente también podría ser que los separatistas fueran pragmáticos, se conformaran al menos de momento con la amnistía y prefirieran tomar del PSOE lo que pudieran menos la consulta antes que, a su vez, enfrentar el escenario de una repetición electoral y que gane la derecha dejándolos sin amnistía, sin dinero y sin consulta.
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Alternativamente, el escenario de repetir elecciones también tiene su problemática para el PSOE. Conseguir una mayoría absoluta sólo entre el PSOE y Sumar parece impensable. En julio estas dos formaciones sólo obtuvieron 153 diputados. No es un resultado fácilmente mejorable primero porque lo que pueda subir el PSOE en gran medida sería a costa de lo que bajara Sumar, y segundo porque la derecha a diferencia de otros tiempos ya no concurre dividida en tres sino en dos. A lo que podría aspirar en todo caso Pedro Sánchez es a que el PSOE fuera el partido más votado. El PP obtuvo en julio 137 diputados frente a los 122 del PSOE, pero en porcentaje de votos la diferencia entre el PSOE y el PP fue de sólo un 1,35%. Obviamente el análisis es más complejo porque el enfrentamiento no se produce en una circunscripción única, pero superar al PP tras romper con los separatistas y envolverse en la bandera española para superar en diputados al PP sería un objetivo viable, aunque no fácil. Eso sí, Pedro Sánchez dependería después de que Feijóo le dejara gobernar. Si por otra parte se trata de romper con los separatistas, envolverse en la bandera española y formar un gobierno dependiente del PP, ¿por qué no votar ya directamente al propio PP? ¿Sería este un escenario estimulante para quien voto en julio por la continuidad del sanchismo?
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Seguramente la voluntad de Sánchez es llegar a un acuerdo con los golpistas, ser investido y después llegado el caso incumplir el acuerdo, pero estando ya confirmado en Moncloa. El problema es que los golpistas ya conocen a Sánchez y quieren los compromisos por adelantado, claro que esto tampoco es del todo viable. O sea, no va a haber un referéndum de secesión en Cataluña antes de la investidura de Sánchez. Como mucho se presentará una ley de amnistía. Pero el PSOE no presentará esta ley sin un acuerdo de investidura con los golpistas. Aquí nadie puede fiarse de nadie por adelantado. Si amnistías a los golpistas, ya renuncias al escenario de repetir las elecciones. No te puedes presentar envuelto en la rojigualda cinco minutos después de haber amnistiado a los golpistas. O no muy creíblemente. O lo uno o lo otro. Si además los amnistías a cambio de nada se te percibiría como un pardillo.
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El PSOE puede estar pensando también en un referéndum consultivo pero no vinculante, dotado de algún nombre imaginativo, el cual dejara fuera de juego temporalmente a los golpistas si lo pierden. Si lo ganaran, en vez de la independencia el PSOE podría ofrecer como punto intermedio una reforma estatutaria plagada de lenguaje soberanista y con un sistema de financiación a la vasca para Cataluña. Todo esto podrían ser años de debate, acaso una legislatura entera, y todo ese tiempo disfrutando de la presidencia en Moncloa. De hecho algo así puede estar ya perfectamente pactado, lo que explicaría la aparente calma y seguridad de Sánchez respecto a su investidura.
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Volviendo al principio lo que se puede descartar en cualquier caso es un gesto noble, responsable y genuinamente patriótico del PSOE. Si Sánchez apuesta por asumir las exigencias separatistas o por repetir elecciones será en todo caso el resultado de, a la vista de todo lo anterior, valorar qué le garantiza mejor su continuidad en Moncloa.
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