Haciendo paráfrasis del político y padre del conservador moderno Edmund Burke, podríamos recordar, por enésima ocasión, que para que el Mal triunfe, basta con que la gente buena no haga nada (al margen de la debida esperanza que convenga mantener).
El nacionalismo es malo (es distinto al patriotismo). Esto se aplica también al vasco, a ese mismo que no solo quiere cargarse la Hispanidad, sino acabar con la identidad, la singularidad y la foralidad del Reyno de Navarra.
Quienes viven en sus carnes la opresión de este movimiento son testigos directos, si no son víctimas, de una indudable opresión excluyente, basada en el miedo, la intimidación, la manipulación y la más absoluta coacción.
La educación es clave en cualquier socialismo de ingeniería social, lo cual es algo que deben de desconocer mucho algunos cuando son quienes la ven imprescindible para perseguir las expresiones intra y extraacadémicas del pensamiento único.
La Academia vasca, más allá de las ikastolas, tiende a marginar no solo a quien aborrece del colectivismo revolucionario «progre» y del socialismo en su sentido más amplio, sino también a quien desmonta las falacias heredadas del aranismo y pide hablar en libertad, en la lengua que desee.
Esto se ha visto alimentado por hordas de diversa índole, relacionadas o no con ETA, que han ayudado a la estigmatización y el señalamiento de todos aquellos que quieren formarse y sumarse al mundo del saber sin necesidad de transigir ante la mentira.
Ahora bien, como no se es capaz de defender la verdad con la razón y la caridad, sino que hay necesidad de imponer algo, hay miedo cuando hay voces jóvenes, aguerridas y activas que pretenden desactivarles el discurso único.
Ni un sólo día han durado nuestros carteles por la Universidad de Deusto.
Quitan los nuestros pero los suyos los dejan.
Porque la violencia política y la intolerancia son unidireccionales, sólo para nosotros.Pero no pasa nada. No vamos a ceder.
Que esto sólo acaba de empezar. pic.twitter.com/f4M64VXHrz
— Resistencia del Norte (@ResistenciaNor) September 19, 2023
Es ese el nerviosismo que, por unos simples carteles inofensivos, se ha gestado, con uñas, en varios puntos del espacio público bilbaíno, no necesariamente universitario. Pero, ¿qué pasa exactamente con los carteles?
Pues los carteles son un elegante llamado a la sociedad vasca a asistir a la presentación de una de esas necesarias manifestaciones de la sociedad civil, que es tan necesaria frente a la partitocracia y la maldad estatólatra.
Concretamente, se trata de la convocatoria de la asociación estudiantil Resistencia del Norte, que tendrá lugar el próximo sábado 23 de septiembre, a las 12:00, en el Muelle de Evaristo Churruca.
Para los jóvenes vascos -y, por ello, doblemente españoles- llega este movimiento.
Ha llegado la hora de comenzar nuestra aventura y dar un nuevo rumbo a la realidad sociopolítica de nuestra tierra.
Te esperamos en la presentación de Resistencia del Norte.
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— Resistencia del Norte (@ResistenciaNor) September 4, 2023
El acto, que es abierto a cualquiera que desee asistir, parte de las ganas de una asociación que tiene, entre sus principios, la misión de combatir el totalitarismo intrínseco al nacionalismo vasco, pero también la de defender la Hispanidad, la dignidad humana y otras libertades concretas.
En resumen, ellos ladran, pero… cabalgaremos los demás.