El Código Penal que favorece a “la manada” es el de Irene Montero

Resulta irónico pensar que la famosa ley del “sólo sí es sí”, ese esperpento jurídico pergeñado a pachas entre el PSOE, Podemos, Bildu y ERC, nació como reacción a la sentencia de “la manada”. El Código Penal tal y como estaba redactado era “el Código Penal de la Manada”, la “legislación de la manada”, el “derecho de la manada”. El heteropatriarcado había redactado sus leyes para favorecer a los violadores en grupo, pero aquí estaba el iberochavismo para castigar a los violadores, ofrecer seguridad a las mujeres y devolverles la dignidad. He aquí sin embargo que lo que al final han conseguido los socialistas y feministas es rebajar la pena a uno de los miembros de la manada. El “derecho de la manada” es el suyo, el del sanchismo-feminismo unido en matrimonio por Otegui y apadrinado por Rufián. Esto en una sociedad normal debería ser un escándalo mayúsculo. En la lista de personajes desvinculados de sus actos y atornillados al sillón Rubiales ocupa un lugar muy menor.

No deja de ser llamativo que esta rebaja de condena, que se viene anticipando hace tiempo, se haya producido sin embargo con posterioridad a las elecciones de julio. Será casualidad, aunque una casualidad bastante feliz para la coalición progresista en el gobierno. De todos modos, a la vista de todo lo que sucede, da la impresión de que el sanchismo se encuentra perfectamente blindado contra su hemeroteca, sus mentiras, sus contradicciones y por supuesto los resultados de sus políticas. A estas alturas no parece que el voto sanchista sea sensible a que se rebaje la pena a la manada, a que haya más mujeres asesinadas o a que haya más inseguridad en las calles y más agresiones sexuales. O a que se haga depender el gobierno de delincuentes a los que hay que indultar o amnistiar a cambio de su apoyo. El sanchismo, puesto que respecto a cualquier cosa hoy puede decir que lo que ayer era negro hoy es blanco y muy conveniente, más que una ideología es un sentimiento de odio a todo lo que no es el sanchismo. El odio a lo que no es el sanchismo proporciona al sanchismo una impunidad casi total respecto a todos sus golpes de timón y respecto a todos los desastres que va provocando. El guerracivilismo se cultiva porque funciona. Rebajamos la pena a la manada pero no votes a otro que es como Hitler. Maquillamos la cifra de parados reales pero es que los otros son Hitler. Pactamos con la ETA y con los golpistas pero es que los otros son Hitler. No puedes llegar a fin de mes con estos precios pero no irás a votar a Hitler en vez de a nosotros. No son nadie sin Hitler. El día en que 1 millón de sanchistas deje de pensar que realmente el otro es Hitler se acaba el chollo, pero de momento gracias a la financiación infinita y a los 400 millones de medios y chiringuitos a su servicio el no pasarán está funcionado. Por los pelos, pero está funcionando.

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¿Y las feministas que salieron en tromba a manifestarse contra la sentencia de la manada? ¿Dónde están hoy? ¿Estarán contando los billetes que recibe del gobierno su chiringuito chariprogre para comprar su silencio? ¿En qué momento es más grave el pico de Rubiales que este vaciado prematuro de las cárceles del que no es que no se arrepientan sino que presumen todavía los Otegui, los Rufián y los Montero? Por este desastre, ¿qué cabeza ha rodado? ¿Es más peligroso para las mujeres Rubiales que todos los agresores sexuales que estos iluminados están soltando?

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El feminismo no existe. Lo que confirma una noticia como la de hoy es que el feminismo es un mero movimiento al servicio de un par de partidos de extrema izquierda. El feminismo habla o calla, se moviliza o hiberna según las instrucciones que recibe de ese par de partidos, no para defender realmente a la mujer. Los salarios de las líderes del movimiento feminista hablan por sí solos. El que paga, manda. No es casual que el feminismo no pida la cabeza de Montero. No es inocente que el feminismo se ponga de canto cuando la nueva legislación supuestamente feminista rebaja la pena a un miembro de la manada, probándose que era más dura la ley anterior. No es el machismo de los jueces. Los jueces que hoy rebajan la pena son los mismos, igual de machistas o feministas, que con el código anterior impusieron una pena mayor. Lo que ha cambiado no son los jueces, es la ley. Pero un sueldo de 6 dígitos ayuda bastante a la hora de decantarse entre lo que uno acaba diciendo y la realidad.

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