Libertad Digital publicaba ayer una información de la máxima gravedad. El presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, habría repetido ante varios magistrados y letrados de este órgano que «Mientras yo sea presidente, Vox no ganará ningún recurso de amparo, ni estimaré ningún recurso de inconstitucionalidad. No hay que darles pábulo«. De ser cierta esta frase, Conde-Pumpido no puede ser presidente del TC ni un minuto más, y de no ser cierta sería Libertad Digital lo que habría que cerrar.
Esto es gravísimo y en cualquier democracia como se supone que debería ser la española llevaría a la dimisión esta misma mañana de un impresentable como Conde-Pumpido que es un cáncer para el sistema.https://t.co/8x4qtppT7b
— Carmelo Jordá (@carmelojorda) July 21, 2023
Un juez o magistrado no puede decir jamás una frase como la que se le atribuye a Conde-Pumpido. Lo característico de un juez o magistrado, precisamente, es que juzga el qué y no el quién. Lo que tiene que determinar un tribunal es si se cumple la ley o no. Un tribunal, al menos en un estado de derecho democrático, no puede sentenciar una cosa si el recurrente es de un partido y la contraria si el recurrente es de otro. El color del que recurre o del que emite el acto que se recurre nunca puede ser lo que determine la legalidad o ilegalidad de lo recurrido. Ni respecto a Batasuna se puede sostener una afirmación como la de VOX. Si Bildu presenta un recurso y tiene razón, hay que darle la razón a Bildu. Ni por ser Bildu ni por no serlo, sino por tener la ley de su parte en el caso concreto, por tener razón en su planteamiento. La Justicia se representa con una venda en los ojos precisamente por eso. Porque las sentencias no pueden depender de quién las presenta. Si Conde-Pumpido ha dicho esa frase, Conde-Pumpido es incompatible con la Justicia.
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Naturalmente todo esto entronca con el problema crónico de España con la independencia de la Justicia. Si este problema se arrastra desde la reforma de la ley del CGPJ que hizo el PSOE de Felipe González en los ochenta, la situación se ha agravado notabilísimamente con el sanchismo. Ya no es que la independencia de los magistrados quede cuestionada por ser los partidos cuyas decisiones tienen que ser juzgadas quienes los nombran, sino que no se guarda ni la mínima apariencia de parcialidad. ¿Para que se pone a una persona del perfil de Conde-Pumpido al frente del Constitucional? Para que haga eso que ha dicho Pumpido que va a hacer. La pregunta es si ha sido tan torpe de decirlo en voz alta delante de testigos.
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La buena noticia es que este mismo domingo se puede poner fin a este régimen de excepción que ha sido el sanchismo. Entre las razones por las que se debe poner fin a este régimen, una de las más importantes es la colonización de los tribunales por parte de activistas de partido como Pumpido. La mala noticia es que Pumpido tiene el poder no sólo de negar cualquier recurso a VOX, al margen de que VOX tenga o no tenga razón, sino de declarar inconstitucional cualquier medida que pueda adoptar el futuro gobierno en caso de que como parece probable caiga el sanchismo. El sanchismo deja dos bombas de relojería brutales (además de la económica y presupuestaria) al futuro gobierno. La primera es el separatismo golpista, rearmado durante 5 años mientras se desmantelaban los artículos del Código Penal que permitieron frenar el golpe anterior. Bildu y ERC ya han anunciado la convocatoria de referendos ilegales, como los de 2017, pero ahora de forma simultanea en Cataluña y la CAV. La segunda bomba de relojería es la del Tribunal Constitucional. Todo lo que salga del futuro consejo de ministros lo puede recurrir el PSOE y Pumpido todo lo puede considerar inconstitucional. El domingo no se va acabar con el sanchismo, pero un cambio de gobierno puede empezar a acabar con él. El trabajo no acaba el domingo, empieza el lunes. Y no va a ser un trabajo sencillo ni la izquierda va a dejar de hacer todo lo que esté en su mano para obstaculizarlo.
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Un comentario
Urgente reforma de la Justicia y elección de los jueces por jueces. Y luego ya limpiar el Consejo de Estado, RTVE, Consejos de empresas públicas, etc, etc. No es temporalmente excluyente, que se pude hacer a la vez.