Existe en estas elecciones generales que se nos avecinan un elemento en el que raramente se suele reparar, y es la influencia electoral de la UE. La influencia de la UE es un espectro al que cuando se le menciona se le suele considerar como un fantasma del hogar y un espíritu bienhechor. Los mantras que constantemente se nos repiten son que la UE viene siempre a poner orden, moderación y sentido común. La UE no tolerará tal o cual exceso. Por suerte España está en la UE. Menos mal que tenemos a la UE.
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En estas elecciones, por el contrario, cabe preguntarse por cuál es el papel de la UE. Porque no cabe ninguna duda de que a esta recta final de la legislatura hubiéramos llegado con dos escenarios muy distintos según cuál hubiera sido la actitud de la UE.
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El hecho es que el gobierno de Pedro Sánchez ha mantenido durante todo su mandato unas cuentas públicas totalmente desbarajustadas, un déficit desbocado y una deuda fuera de control. Tener que poner orden en esta situación nunca es optativo a medio y largo plazo, salvo que alguien te sostenga y te permita vivir artificialmente en una situación insostenible sin tener que haber hecho ningún recorte y sin haber tenido que exigir ningún sacrificio a la población. O sea, probablemente la izquierda va a perder estas elecciones y el descontento popular es grande por diversas y justificadas razones pero, ¿hubiéramos llegado a estas elecciones en la misma situación si Sánchez y sus socios hubieran tenido que afrontar el equilibrado de las cuentas públicas que hubiera sido lógico y normal? No sólo es que la UE haya permitido y sostenido un descontrol presupuestario absoluto a la izquierda, sino que ha financiado un aumento de los desequilibrios todavía mayor. ¿No es esto sostener la popularidad del gobierno español con fondos europeos?
Insisto … el estado tiene obesidad mórbida. Cuatro años más de Sanchez y “el estado se cae de la cama” por los dos lados.
Si siguen aumentando el empleo público (el 55% del creado es público) explotamos, y mientras, el cómputo de horas trabajadas baja con 1 millón de… pic.twitter.com/Okmlh630vR— Dean, Jamón Dean ® (@Pechaadereir) July 11, 2023
Sánchez seguramente va a perder las elecciones, pero no va a perder en una competición neutral, sino en una en la que el sanchismo está electoralmente dopado. Hay quien piensa que en un país con cabeza a estas alturas no es sólo que Sánchez tendría perdidas las elecciones, sino que la derecha tendría que sacar 200 diputados, no una victoria raspada sobre los 176. Tal vez sin embargo no seamos un país tan sin cabeza, tal vez ese sería el resultado normal si el sanchismo no gozara del sostén financiero de la UE.
360.000 millones de más deuda y 78.800 millones de fondos europeos y dejan el PIB a cero en 2019-1T2023. Y todavía niegan el estancamiento…
Sánchez ha recibido 78.800 millones de euros para desarrollar la economía española. ¿Dónde están? @jrriera22https://t.co/5DS7wz58MS
— Daniel Lacalle (@dlacalle) July 3, 2023
El caso es que la UE sí ha usado la financiación de los estados miembros para hacer exigencias a los gobiernos. El problema que la UE no utiliza ya esta influencia para imponer una disciplina financiera sino una disciplina ideológica. La UE no ha llevado a cabo exigencias de orden financiero a gobiernos como el español con unas cuentas públicas totalmente descalabradas, sino a gobiernos como el polaco, el húngaro o el italiano por cuestiones ideológicas. Tampoco la UE ha exigido independencia judicial u ortodoxia democrática a todos los gobiernos que, como el español, ha dedicado la legislatura a la colonización de la Justicia, sino que ha tolerado o permitido los ataques a la independencia judicial según cuál fuera el gobierno europeo que los cometiera. Al gobierno español se le ha permitido todo.
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Llegados a este punto no cabe sino concluir que hay ciertas políticas supranacionales que no son opcionales, que la UE o el BCE ya no vigilan la ortodoxia financiera sino la ortodoxia ideológica, que el sanchismo se ha visto increíblemente beneficiado por su fidelidad ideológica a la Agenda 2030 y sus postulados, o como queramos llamar a esa nueva ortodoxia ideológica supranacional que se nos quiere imponer, y que sin ese respaldo financiero y unas cuentas públicas tan desajustadas habríamos llegado a las puertas de las elecciones generales en una situación mucho más desfavorable aún para Sánchez y para sus socios que la actual. A la UE no le pone nerviosa el déficit ni el endeudamiento, le pone nerviosa una fórmula de gobierno, como la que podría llegar a España, que pudiera ser menos sumisa que el sanchismo a la Agenda ideológica 2030. ¿Menos mal para España que está la UE? Menos mal para el sanchismo que tiene a la UE.
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Un comentario
No es que tenga Pedro Txapote Sánchez mano en Europa con la Von Der Pfizer, sino que Soros tiene la mano sobre ambos, que es lo grave y fundamental.
Creo que me he explicado cojonudamente, ¿no?