Leemos en El Debate que ha fallecido hace unos días Félix Urrizburu Cabodevilla, lumbierino de 103 años, para más señas el último requeté que seguía vivo tras haber participado en la Guerra Civil. Don Félix formó parte del Tercio de Radio Requeté de Campaña, al que se incorporó en febrero de 1937. Este lumbierino dejó escritas sus vivencias durante la guerra en el libro La guerra que yo viví, publicado en la colección Luis Hernando de Larramendi.
El último requeté https://t.co/yxNlvjHWla a través de @eldebate_com
— Bieito Rubido (@bieitorubido) July 5, 2023
Unos meses antes, este mismo año, se había publicado ya la noticia de que había muerto el último requeté vivo, Luis Jaúregui Ayesa, también navarro, natural de Echauri, a los 104 años. Es posible que la divergencia se refiera a que Jaúregui fuera el último requeté vivo que había estado en el frente.
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— Fecundino Esnagoela (@condedelamaza) January 31, 2023
Lo que en todo caso queda claro con estas noticias y su trasfondo es, primero, que Navarra tuvo una aportación decisiva a los Tercios de Requetés. De hecho, fue la región con una mayor aportación de batallones. Segundo, que los requetés fueron acaso la fuerza de choque más potente y temible de todas las que intervinieron por los dos bandos en la guerra. Tercero, que dentro de los requetés los navarros eran una élite peculiar protagonista de hazañas como la toma de San Sebastián por parte del capitán Ureta y los 40 de Artajona. Mención destacada merece también la participación de los requetés en la toma de Bilbao. Hace pocos años, precisamente, el Ayuntamiento de Bilbao decidía eliminar la Cruz de Egirleta, ubicada en un alto cercano a la capital vizcaína en la que los requetés izaron la bandera española inmediatamente antes de su toma.
Por la restauración de la cruz de Egirleta y todas las que recordaban muertos en la tragedia de la guerra civil. https://t.co/TqB1Pf7yA1 pic.twitter.com/BfNdBUsDlP
— exAbertzale (@bizkaiavizcaya) January 4, 2023
Todo lo anterior se intenta dejar en el olvido porque nos remite a una serie de verdades políticamente incorrectas. Primero la cantidad de navarros que reniegan de su pasado y se esconden de él, evitando pensar que son los descendientes de todos aquellos esforzados requetés de valor legendario en el campo de batalla. Segundo hay que evitar preguntarse por qué luchaban todos aquellos navarros, tan incómodos para sus actuales descendientes, que pelearon por Dios y por España frente a quienes defendían la “democracia” y la “libertad” quemando iglesias y colgando fotos de Stalin. Tercero se debe omitir que entre los requetés y los gudaris, los milicianos y demás combatientes republicanos, la victoria en el campo de batalla se inclinó siempre de forma clamorosa y a menudo vergonzante para sus rivales a favor de los requetés. Cuarto, el recuerdo de los requetés rompe el relato nacionalista de que la Guerra Civil fue una guerra contra los vascos o de que el País Vasco y Navarra son políticamente, ideológicamente y sentimentalmente una misma cosa. Por el contrario, como casi siempre, Navarra estaba en un lado (en este caso también Alava) y Vizcaya y Guipúzcoa al otro, combatiendo entre sí, evidenciando que la Guerra Civil fue una guerra entre españoles y también entre vascos.
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Como último punto, indicar que si hemos titulado esta entrada diciendo que ha muerto el penúltimo requeté es porque, como hemos visto, al margen de que su espíritu y su leyenda son imperecederos al parecer siempre queda otro requeté más por morir. No es sólo que en el momento más inesperado, que también, se presente el niño en el salón con una boina roja que ha encontrado perdida en un cajón. Cuando parece que ya están todos muertos aparece uno más. Esta gente nunca muere del todo. Nunca se puede bajar la guardia con ellos. Siempre queda alguno todavía por ahí. Uno que otra vez te va a derrotar.
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3 respuestas
Francisco Largo Caballero; «Si triunfan las derechas no habrá más remisión; tendremos que ir a la guerra civil declarada. No se hagan ilusiones las derechas, ni digan que esto son amenazas: son advertencias». Los monárquicos instauraron la República y los republicanos se la cargaron. Todo esto que queda muy lejos, ahora está más cerca que nunca. Se demoniza a Franco y se ejemplariza a la Segunda República, como una etapa idílica de la historia. ETA ya no existe, pero Franco si y todos los que combatieron a su lado, entre ellos, como bien dice el artículo, los requetés. Toda guerra es una desgracia, pero también es una desgracia manipular la historia, perdiendo la objetividad y la enseñanza que aporta al aprendizaje de la verdad para no repetir esos episodios de violencia. Y no aprendemos, hace un par de años Yolanda Díaz, emulando a Largo Caballero decía justo hoy hace un año: «no nos resignamos» ante la perspectiva de un gobierno de derechas -de «hombres con traje»- tras las próximas elecciones generales, y ha dicho comprometerse a trabajar para no permitirlo en las urnas.
Si sólo fueran los comunistas, ni tan mal. Es el propio psicogobernante Sanchinflas el que declara muy ufano que su referente es Largo Caballero, el Lenin Español, el culpable de tantos asesinatos antes, durante y después de la Guerra Civil.
Conviene recordar también al comunismo galopante que se estaba exportando en esa época desde la URSS, con Stalin y sus chekas a la cabeza. La República no tenía nada de idílica. Más bien era un infierno para los derechos fundamentales.