Da igual lo que pretenda Pedro Sánchez

Pedro Sánchez, empeñado en un constante esfuerzo por no aburrirnos, anunció ayer por sorpresa un adelanto de las elecciones generales al mes de julio. ¿Qué pretende el presidente del gobierno con este movimiento? Las hipótesis son diversas. Obviamente lo que sea que pretenda tiene que ser algo que él piense que le favorezca, luego podemos barajar un pequeño ramillete de escenarios.

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Para empezar, Sánchez ha conseguido que en 24 horas ya no estemos hablando del desastre electoral del domingo sino de otra cosa. Es muy propio de Sánchez tapar un boquete con un boquete mayor todavía. Cada escándalo a lo largo de toda la legislatura ha sido tapado con un escándalo mayor todavía, hasta que el PSOE conseguía que no diéramos abasto con tanto escándalo. Sánchez es la clase de persona que si le persigue un perro intenta salir del apuro cambiándolo por un lobo. Empezó la legislatura persiguiéndolo una araña y ahora después de los múltiples cambios acumulados ya le persigue un tiranosaurio.

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Por otro lado, adelantando elecciones Sánchez se blinda contra sus propios compañeros. El desastre del domingo podía poner en cuestión su liderazgo dentro del PSOE, pero convocando elecciones evita su cuestionamiento en este momento. Una vez más un agujero de 100 metros de diámetro para tapar un agujero de 70 metros de diámetro. Todos sabemos que acabas en el agujero, pero ganas un poco de tiemp0.

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Alternativamente, en la mente de Sánchez puede haber anidado la pajarera idea de que esta crisis la resuelve su persona mediante un plebiscito aclamatorio. Serían los barones del partido y no Sánchez los que habrían fallado. Los resultados del domingo demostrarían la desafección del pueblo español por los barones socialistas pero se mantendría incólume la devoción por el presidente más bello. Todo esto en la cabeza de Pedro Sánchez, por supuesto.

🔴 Moncloa autoriza 440 millones para publicidad el mismo día que convoca las elecciones.

Informa Fernando Cano (@canocadiz).https://t.co/5t1kPyuVir

— THE OBJECTIVE (@TheObjective_es) May 29, 2023

Más plausible resulta la idea de que Sánchez quiera pasarle por encima con una apisonadora a Podemos. La formación morada se encuentra totalmente desarbolada. Es el momento de convocar elecciones sin darle tiempo de reacción para rematarla, entre su persona y Yolanda.

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Se especula también con la idea de que los siniestros gurús de Moncloa le hayan convencido al presidente de que julio sería un mes electoralmente propicio para la izquierda. Por lo visto sólo se va de vacaciones la derecha. Cuando sale el sol se desmoviliza la derecha. Todos los españoles que están pálidos en julio son progresistas. Y por lo visto algunos gurús monclovitas piensan que son mayoría.

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Naturalmente el adelanto electoral puede ser también un cambio de estrategia. O sea, después de todo es posible que Pedro Sánchez sí haya entendido el mensaje de las urnas. En tal caso podría estar contemplando un cambio de socios. De hecho su programa electoral podría ser precisamente ese. Pedir al electorado un apoyo mayoritario a cambio del compromiso de un cambio de socios. Quizá no sea el mensaje más creíble a estas alturas, pero a Sánchez tampoco le quedan muchos más conejos en la chistera.

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Adelantar las elecciones, por otro lado, le permite precisamente olvidarse inmediatamente de sus incómodos socios en vez de seguir arrastrándose junto a ellos hasta diciembre sometido a sus exigencias y excentricidades. Un adelanto electoral es también la alternativa a una renovación en profundidad del Consejo de Ministros que, con sus actuales apoyos, Sánchez no se puede permitir. Sin esa renovación, tampoco cabía esperar una remontada de cara a diciembre sino un resultado todavía peor.

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Los problemas ahora mismo de Sánchez con cualquier estrategia son por lo demás evidentes. Su deriva actual lleva al PSOE hacia la desaparición, pero las alternativas al gobierno Frankenstein brillan por su dificultad. Entre Zapatero y Pedro Sánchez han convertido al PSOE en un partido de 100 diputados. Sin sus socios golpistas y filoterroristas la mayoría absoluta parece un horizonte inalcanzable. Pero con sus socios golpistas y filoterroristas el desgaste, y con ello también la evaporación de la mayoría absoluta, parece inevitable. Para la derecha la desaparición de Ciudadanos puede ser una bendición, pero para el PSOE puede ser un drama. Sin Ciudadanos, no hay alternativa a los apoyos que le prestan los golpistas y los filoetarras. Con esos apoyos, no hay alternativa al castigo.

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Todo el análisis anterior, sin embargo, puede partir en un día como hoy de una perspectiva desenfocada.

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Es decir, realmente no importa el mensaje que Pedro Sánchez quiera enviar al electorado. Lo relevante es el mensaje que el electorado le quiere mandar a Pedro Sánchez y que ese mensaje ya no tiene que esperar hasta diciembre, sino que puede llegar en julio. Ese mensaje a este gobierno y a sus socios ya no es por su crudeza cierren la puerta al salir, sino tiren de la cadena al bajar. Es muy difícil que el PSOE pueda recibir ahora mismo de los españoles otro mensaje que el del domingo sin haber pasado el PSOE a la oposición, sin un cambio de gobierno de por medio y sin un cambio de candidato en el PSOE. Hay una oportunidad de empezar a cambiar las cosas en julio en vez de en diciembre, casi como si hubiera triunfado una moción de censura. De hecho es que si el resultado de las elecciones el domingo y los de una moción de censura habrían sido lo mismo, es que no cabe otra interpretación sino que la moción de censura que no se pudo sacar adelante con Tamames (recordemos que su único propósito era un adelanto electoral) la han sacado adelante por otra vía los españoles. Las elecciones del domingo han sido una moción de censura contra Sánchez que ha salido adelante.

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