Mientras en España nos miramos el ombligo pasan cosas en el mundo, no necesariamente intrascendentes como la reunión en Moscú de los líderes ruso y chino.
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Más allá de que se trate de dos autócratas inmunes a la libertad y los cambios de gobierno, la puesta en escena de la reunión visualiza tras la guerra en Ucrania los nuevos equilibrios en el mundo.
xi arrives in moscow. the most geopolitically significant/problematic summit of the year… pic.twitter.com/6vs8wX8ixv
— ian bremmer (@ianbremmer) March 20, 2023
Equilibrio, sin embargo, no es lo que define las actuales relaciones entre los rusos y los chinos. La invasión de Ucrania ha llevado a Rusia al aislamiento, y el aislamiento a la dependencia de China. Ahora no sólo es que Rusia tenga que vender a China gas y petróleo a precio de derribo, los cuales por cierto China revende a otros países burlando el bloqueo y obteniendo un jugoso sobreprecio, sino que Rusia se está convirtiendo también en dependiente de China en cuestiones de munición y armamento.
Lack of ammunition, problem of Russia. pic.twitter.com/KgBEK0DZZK
— Eetu Seppänen🇫🇮🇺🇦 #NAFOFELLA (@EetuSeppnen1) March 14, 2023
La guerra de Ucrania está sirviendo para poner en entredicho la capacidad militar de Occidente, pero también la de Rusia. Ahora mismo tanto Occidente como Rusia han vaciado sus arsenales y están teniendo severos problemas para producir la suficiente munición que demandan desde el frente los dos bandos en conflicto. Tras muchos años de paz o guerras menores, Occidente no tiene ni reservas ni capacidad para producir armas y munición a gran escala. Y de hecho tampoco Rusia. Es por ello que Rusia añade ahora una nueva dependencia respecto a China que es la armamentística.
El precio del gas, por debajo de los 40 €/MWh por primera vez en 20 meseshttps://t.co/VhCWfdk4bg
— El Periódico de la Energía (@Per_Energia) March 21, 2023
A este respecto resulta interesante la postura de China. Por un lado reivindica una cierta neutralidad, pero por otro lado es evidente que se trata de una neutralidad bastante asimétrica, una asimetría determinada por el hecho de que los EEUU son un rival para China y Rusia ya no. Esto sin embargo no significa que China sea aliada de Rusia, ni que le pueda suministrar munición por una cuestión de amistad. Por el contrario, da la impresión de que tanto Occidente como China están viendo la misma jugada con la metedura de pata de Rusia en Ucrania. China no le va a proporcionar munición a Rusia para que gane, sino para que se desgaste. Tanto Occidente como China observan complacidos cómo Rusia se desangra humana, económica y militarmente en Ucrania. Un rival menos para los dos bloques. El poderío militar ruso está siendo diezmado sin que ni Occidente ni los chinos tengan que poner un sólo soldado en el frente de batalla. Y encima el precio del gas se está desplomando, lo que es malo para Rusia pero bueno para la inflación. Obviamente todo el gas almacenado en Europa para posibles contingencias, que fue comprado y almacenado antes del invierno precio de oro, no nos lo van a vender barato todavía hasta fin de existencias., pero más allá del corto plazo inmediato se vislumbra un alivio.
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