La eutanasia a lo Colau

Aunque cada día no podamos centrarnos en más de uno o dos, este gobierno y sus aledaños no cesan en sus estropicios. Pero no estropicios cualesquiera, sino a cual más indignante y mayor. Por ejemplo, la ocurrencia de Colau de repartir por los centros sociales de Barcelona a los que acuden muchos mayores folletos a favor de la eutanasia. Podemos acusar a los progresistas de muchas cosas, pero cada vez menos de intentar disimular.

“Derecho a morir dignamente. Si tú no decides, alguien decidirá por ti”. La frase es prácticamente delictiva, amén de inmoral. O decides matarte tú, o lo decidimos nosotros. Con lo bonita que parecía la eutanasia con Bardem.

¿Y cómo vamos a luchar contra el suicidio fomentando la eutanasia? O sea, ¿cómo vendes la eutanasia sin dejar de vender al mismo tiempo el suicidio? En esta sociedad de locos hay que empoderar el suicidio asistido pero luchar contra el suicidio autónomo, ¿y cómo se consigue eso? ¿Cómo se cuadra ese círculo?

Sutilmente, la misma sociedad que a una serie de personas les hace sentir que son una carga, les ofrece una salida para dejar de serlo. Obviamente el conjunto de personas que resultan una «carga» para la sociedad cada vez es más amplio. No puede sorprender que Colau reparta en centros de mayores folletos sobre la eutanasia porque la lógica de la eutanasia es esa. Mientras se facilita en todo lo posible la eutanasia, se bloquea la ley para ayudar a los enfermos de ELA.

Lo social por lo visto coincide con lo barato, que es eliminar al enfermo, eliminar al anciano, empujar al suicida, acabar con la carga, hacer un mundo más ecosostenible de sólo instagramers, sólo personas jóvenes, sólo personas sanas, sólo personas felices, aunque sea todo impostado. Para carga con la que tiene que cargar la sociedad el gobierno, pero no se plantea ningún suicidio colectivo en el consejo de ministros. Más bien parece su propósito el enterrarnos a todos.

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