Las políticas de la izquierda tienen consecuencias. Apostar por una política migratoria tipo welcome refugees, sin filtros ni controles para entrar, y sin instrumentos ni decisión para expulsar a los problemáticos como acabamos de ver en Algeciras, tiene consecuencias. La creciente inseguridad en todas las ciudades de España no es casual, es consecuencia en gran medida de la política de inmigración de la izquierda. La izquierda es responsable políticamente. Su discurso no es inocente.
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La izquierda también es responsable de su discurso y sus leyes en relación a la violencia contra las mujeres. Los agresores sexuales en este país se están beneficiando ya por centenares de la maldita del “sólo sí es sí”, decenas de ellos ya están siendo hasta excarcelados. Y esto no para de crecer y de crecer. Y seguirá creciendo porque no le quieren poner fin.
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Hasta Manuela Carmena, haciéndose portavoz de un clamor incluso entre las personas de izquierda, declaraba hace unos días que el gobierno no rectificaba la ley del “sólo sí es sí” por una mera cuestión de soberbia infantil. Es verdad pero es un juicio demasiado benevolente. Hablamos de agresores sexuales que vuelven a estar en la calle. No es soberbia infantil, es soberbia criminal. Las consecuencias de poner anticipadamente a todos esos delincuentes en la calle van a ser devastadoras. ¿Cómo llamamos a una mujer que prefiere poner su soberbia por encima de la vida y la seguridad del resto de mujeres? ¿Feminista? ¿Soberbia? ¿Infantil? Merece sin duda otros calificativos mucho peores.
Rebajan la pena a la manada de Orcoyen que violó a una joven por la ley del sí es sí https://t.co/ubhncrgSSS
— Navarra.com (@navarra_com) January 26, 2023
Pero tampoco nos equivoquemos. No es Irene Montero la culpable, aunque Irene Montero sea culpable. Hay un responsable político por encima de ella. Alguien que un día dijo, antes de presentarse a las elecciones, que no pactaría con gente como Irene Montero, porque no podría dormir tranquilo. Lo dijo porque metiendo a alguien como Irene Montero y su cuadrilla en el gobierno empiezan a pasar cosas como estas que están pasando. Lo que sucede es que el deseo y la vanidad de ser presidente pudieron más que el freno de con quién había que ser presidente.
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Pedro Sánchez no puede aparecer ante las cámaras preocupado por las excarcelaciones o los beneficios penitenciarios masivos a los agresores sexuales. Eso sería reconocer que hay un problema. Y si reconociera que hay un problema, tendría que hacer algo para resolverlo. Y ese algo pasaría por cesar a Irene Montero. Pero Irene Montero es la pareja del líder en la sombra de Podemos. Y Podemos es absolutamente necesario para poder seguir durmiendo una noche mas en la Moncloa. Así que no se puede tocar a Montero, y por tanto no se puede reconocer el problema, y por tanto no se puede resolverlo.
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Siendo lo anterior lo más grave, ver aparecer a Pedro Sánchez con cara de no pasar nada ante la gravedad de este asunto debería resultarle devastador en términos electorales. ¿No se entera o no le importa el vaciamiento de las cárceles de agresores sexuales? A un presidente se le puede perdonar que fracase en el intento de arreglar un gravísimo problema, lo que no se le puede perdonar es la cara de autosatisfacción mientras pasa de resolver un gravísimo problema. Particularmente tienen un problema las mujeres españolas, a las que no les sirve para nada tener un Ministerio de Igualdad ni cientos de asociaciones y plataformas feministas de muditas subvencionadas.
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