Hace mucho que no hablamos del COVID y la pandemia, y cuando lo hacemos lo hacemos últimamente hablando de China, lo que seguramente -al menos para nosotros- es una buena noticia. No obstante, un nubarrón sobrevuela últimamente todo lo que tiene todavía que ver con el COVID. No se habla mucho de ello, no es algo comparable a la primera oleada de COVID colapsando las UCI de los hospitales y de hecho las UCI están actualmente casi vacías de pacientes COVID aunque la normalidad social haya vuelto por sus fueros, pero… lo cierto es que uno de los indicadores que aprendimos a mirar con inquietud durante la pandemia, el MoMo, sigue ofreciendo algunas lecturas que no terminan de casar con la normalidad esperada.
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Como todo el mundo recordará, el MoMo es el sistema de Monitorización de la Mortalidad por todas las causas en España, un sistema cuyos datos se nutren de los juzgados y de los registros civiles y que por tanto no resulta muy susceptible de ser cuestionado ni manipulado. Desde las pensiones hasta las herencias o los seguros de vida dependen de la validez de esos datos. Otra cosa es cómo interpretemos esos datos, pero el hecho objetivo es que la mortalidad observada ha vuelto a ser en los últimos tiempos mayor que la esperada. O sea, la mortalidad esperada es la mortalidad promedio de los últimos años. La mortalidad observada ser disparó respecto a la esperada en marzo del 2020, con la llegada del COVID. Después se ha ido relajando pero no ha vuelto completamente a la “vieja normalidad”, y de hecho últimamente viene aumentando de una forma que de alguna manera habrá que explicar.
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Una de las explicaciones posibles que se han barajado han sido las altas temperaturas, pero los propios datos del MoMo, y como veremos también la experiencia de los médicos, parecen descartar esta posibilidad. Del exceso de mortalidad de 33.424 muertes por todas las causas en 2022, sólo 5.832 se atribuyen al calor. ¿Qué sucede con las demás? ¿Por qué seguimos teniendo unas lecturas de mortalidad por encima de los normal?
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#EnPortada 📰 | ¿Efecto protrombótico de la 💉 #vacunacovid? Neurología pide analizar muertes
Otras causas que se barajan ante el aumento de la mortalidad en España es el colapso sanitario y el propio #coronavirushttps://t.co/Hs6TZvwgWL
— Redacción Médica (@redaccionmedica) November 22, 2022
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Alguna posible explicación la podemos encontrar en una interesante entrevista en Redacción Médica al médico neurólogo Tomás Segura, vocal del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Segura refiere su experiencia personal poniendo al ictus como centro de atención: “Se atienden en el Hospital de Albacete 1.000 ictus cada año en urgencias y la tasa de pacientes ha aumentado un diez por ciento con respecto al 2021. Se trata de una cifra que cuadra con las muertes que se están dando. No existe un registro nacional de ictus y es difícil conseguirlo, ya que menos de la mitad son atendidos por neurólogos”.
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Una de tres…
Como posibles causas del exceso de mortalidad a nivel general, el neurólogo señala el colapso existente en la sanidad española, los efectos protrombóticos de la infección por Covid-19 y/o que sea un efecto secundario de las vacunas.
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El especialista considera como respuesta más probable que la causa de las muertes sea un efecto protrombótico de la propia infección de coronavirus: “Los pacientes pueden estar falleciendo por muertes rápidas, provocadas en su mayoría por un infarto de miocardio, cerebral o un tromboembolismo pulmonar. A lo largo de la historia cuando una persona pasaba la gripe sus posibilidades de sufrir un evento vascular se multiplican por dos y por tres en los siguientes meses, hasta un año. Si esto era capaz de hacerlo la gripe, que es un virus muy conocido y con su capacidad protrombótica, ¿qué no será capaz de hacer el Covid-19, que es especialmente protrombótico?”.
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No obstante, Segura también indica que “Las vacunas inducen en el cuerpo la generación de proteína S, que se pega al endotelio de las arterias. Se debe analizar si las arterias pueden ser las causantes de este efecto protrombótico. En la experiencia del virus de la gripe se analizó la posibilidad de si la vacunación daba lugar a mayor riesgo de muerte vascular. Se vio que no ocurría hace 15 años, por lo que se tendría que hacer la misma verificación con la vacuna por coronavirus”.
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Respecto al colapso sanitario a la salida de la pandemia, el neurólogo declara que “Actualmente hay una lista de espera que no habíamos tenido jamás, influyendo directamente en el retraso de los diagnósticos, que lleva a los pacientes a una peor evolución de la enfermedad. Pese a ello, llama la atención de que las muertes sean tan inmediatas después del inicio del colapso sanitario”.
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En definitiva, hay un dato inquietante que no termina de normalizarse y tres explicaciones posibles, alternativas o en alguna medida acumulables, la pregunta es si esto siquiera se está estudiando y quién y cómo lo estudia. Porque la experiencia durante la pandemia respecto a los expertos, las autoridades oficiales y los comités invitan a la desconfianza máxima por parte de los ciudadanos, tanto a escala nacional como internacional.
España, en los primeros meses de la pandemia del coronavirus, presentó un exceso de mortalidad de 47.904 personas
Estos son los datos del informe que presenta la OCDE Health at Glance ⤵️ https://t.co/Riz3xg6K3V
— Antena 3 Noticias (@A3Noticias) December 6, 2022
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Pedro Sánchez: "Lo digo alto y claro: viva el #8M" #sesióndecontrol pic.twitter.com/rpNH79Pd51
— El HuffPost (@ElHuffPost) June 3, 2020
Para poder conocer el verdadero motivo del aumento de muertes en España, el neurólogo defiende en la entrevista realizar un estudio piloto concentrado en una ciudad con un solo hospital y con una población controlada: “Durante seis meses y con el apoyo de los médicos del centro y de Atención Primaria se debe analizar de qué está muriendo la gente. Más tarde se puede extrapolar, en ciencia siempre se estudia una muestra”.La conclusión final que parece de sentido común es que “Los responsables de Salud Pública y los epidemiólogos deben actuar para indagar cuál es la casa de esta situación tan llamativa”. Obviamente ahora estamos ocupados con muchas otras cosas que el COVID, pero tanto si el exceso de mortalidad tiene que ver con las secuelas de haber pasado el COVID, con las vacunas o con el colapso sanitario, no sólo es que la gente tenga derecho a saber la respuesta conlleve responsabilidades políticas o no, es que la cifra de mortalidad sigue fuera de la normalidad y hay por tanto un problema a identificar y resolver.
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