Diario de Navarra publicaba ayer una carta del empresario navarro Juan Félix Huarte, nieto de Félix Huarte, en representación de la familia Huarte, defendiendo la figura y los méritos humanos y empresariales de Félix Huarte, el empresario de empresarios navarros que hizo pasar a la Comunidad Foral de una economía agraria a otra industrial. No obstante lo cual, el Ministerio de Yolanda Díaz pretende quitarle la Medalla al Trabajo y en Navarra se cuestiona desde algunos ámbitos también la concesión en 2014 de la Medalla de Oro de la Comunidad. La carta de la familia Huarte, sin embargo, en medio de toda la polémica y además de agradecer los apoyos que a todos los niveles ha recibido la figura del empresario, aporta alguno datos interesantes que merecen consideración en honor a la verdad.
La familia de Félix Huarte reivindica la figura del empresario https://t.co/16hSZlfBAm pic.twitter.com/I9OLeQJrka
— Diario de Navarra (@DiariodeNavarra) December 1, 2022
Así, por ejemplo, la familia recuerda que el empresario realizó muchas y muy importantes obras durante la Segunda República y para la Segunda República. Como los Nuevos Ministerios de Madrid, encargo para el que fue designado por Indalecio Prieto, el líder socialista entonces ministro de Obras Públicas de la República. O la Facultad de Filosofía y Letras de la Complutense. Es decir, Félix Huarte ya era un empresario destacado en tiempos de la República, el éxito no le vino con el franquismo. Tampoco el talento llega con tal o cual régimen político, seguramente viene de serie en la cuna y sin duda se desperdicia o se materializa con el trabajo.
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Por lo que se refiere a las obras del Valle de los Caídos, la carta explica que Huarte participó en la segunda fase de la obra, concretamente en la construcción de la Cruz, a la cual accedió su empresa por concurso ya que era la única en ese momento capaz de resolver la complejidad técnica de construir en aquel momento una cruz de aquellas dimensiones, la más alta del mundo con 152 metros. 5 veces más grande que el Cristo Redentor de Río de Janeiro. En esa obra, aclara la carta, participaron 120 trabajadores, todos ellos exclusivamente pertenecientes a la empresa de Huarte, lo que disipa algunos bulos respecto al origen de la mano de obra. Además, en la solución técnica del diseño participó Carlos Fernández Casado, ingeniero que durante la Guerra Civil se dedicó en el Madrid republicano a construir refugios y defensas por lo que fue represaliado por el franquismo, hasta que Huarte lo acogió en su empresa y lo puso al frente de su oficina técnica.
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La familia Huarte incide en que todas las obras de Huarte, tanto durante la república como durante el franquismo, fueron adjudicadas en concurso público y ganadas por méritos técnicos y económicos.
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También subraya que el trato ofrecido por Huarte a sus trabajadores era socialmente avanzado, que durante la guerra y especialmente tras ella hizo todo lo posible para preservar los puestos de trabajo y los ingresos de los miles de familias que dependían de él y que nunca le importó ni la procedencia ni la afiliación política de sus empleados.
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Huarte también pasó durante una etapa de su vida por la Diputación Foral de Navarra, desde donde a partir de 1964 impulsó el famoso Plan de Promoción Industrial que sentó las bases de la actual economía navarra. Eso sí, antes de presentarse al cargo elaboró, pagándolos de su bolsillo, toda una serie de estudios sobre los sectores económicos de Navarra, para los que organizó un equipo de expertos en el que se contaban desde miembros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas hasta economistas de prestigio como Luis Angel Rojo, posterior presidente del Banco ce España.
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Cabe rematar esta reseña indicando que Félix Huarte llegó a ser quien fue partiendo de cero, desde unos orígenes muy humildes. Desde luego se le puede quitar la Medalla de Oro de Navarra y dársela a Pirrtix y Porrotx, pero al final seguramente los premios prestigian tanto como se prestigian ellos mismos con los premiados. Huarte no fue muy importante para Navarra porque le dieron una medalla sino que le dieron una medalla porque fue muy importante para Navarra. Una medalla se puede otorgar, se puede quitar y se puede llegado el caso volver a reponer, pero la historia no se puede borrar.
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Un comentario
Estamos cayendo, o mejor dicho están cayendo – el gobierno socio-comunista, en el sectarismo, no entran a valorar el trabajo, sino la ideología del creador primero es ser comunista o socialista antes que un buen escritor, poeta o empresario. Lo mismo ocurre con los nacionalistas. Los que vivimos con Franco estudiamos, leímos y aprendimos de los autores, independientemente de que lo que fuese su ideología política, a nadie se le marginó por ser comunista o socialista, Alberti, Miguel Hernández, etc. estaban en mis libros. Ahora primero es la ideología que la calidad de su obra (Almudena Grandes). Así nos cambian la historia, la literatura y la sociedad. Los que soñamos y apostamos por la democracia en el franquismo, cada día nos vemos más defraudados por el curso de la actual política, sectaria y manipulada, que pretende romper la convivencia y retornar a viejos tiempos, anulando esa loada etapa de la «Transición» que nos dio los mejores años del postfranquismo.