Les pedimos un instante para fijarse en la foto que ilustra esta noticia. Puede que a primera vista no les llame la atención, pero lo peculiar es que no se trata de una foto de la gran manifestación de esta domingo en contra de Ayuso o en defensa de la sanidad pública. Sin duda lo parece a primera vista por la cantidad de gente manifestándose, pero es que ha habido otras manifestaciones en Madrid, también en Cibeles, igual o mayores que la del domingo, que ni han sido contra Ayuso ni para defender la sanidad estatal.
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Interesa poner de relieve este hecho porque la manifestación del domingo se interpreta como un clamor que no puede ser desatendido. No se puede desoír la voz de tantas personas manifestándose. Algo marcha realmente mal cuando sale a la calle tamaña multitud a protestar. No se puede descalificar una manifestación tan masiva tachando a los asistentes de radicales, exaltados o militantes a sueldo de tal o cual formación. El pueblo habla a través de las urnas cada cuatro años, pero entre medio también se manifiesta ante situaciones de especial gravedad y entonces hay que escucharlo.
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¿O no?
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Las imágenes que ilustran esta noticia, ya es momento de desvelarlo, corresponden a la manifestación contra el aborto que tuvo lugar en Madrid en el año 2009. La comparación resulta pertinente porque también acabó en Cibeles y las fotos resisten o superan la comparación con las de la manifestación por la salud pública de este domingo, de hecho se habló entonces de una participación que superó el millón de manifestantes. Bien es cierto que en las siguientes elecciones generales volvió a ganar y a formar gobierno el PSOE de Rodríguez Zapatero, lo que nos lleva al siguiente punto.
https://twitter.com/fjosealcaraz/status/1262805634099163142
En una democracia el gobierno lo deciden las urnas mediante el sistema un hombre un voto. Es decir, el gobierno o las cosas que hace el gobierno no se deciden contando manifestantes sino contando votos. En último extremo lo que vale no son los manifestantes sino los votantes. Ahora bien, esto no significa que manifestarse no sirva para nada o que las manifestaciones por masivas que sean no deban ser atendidas, o por lo menos escuchadas para saber lo que reivindican. Eso sí, lo que no puede valer en una democracia es que unos votos valgan más que otros votos, o que unos manifestantes valgan más que otros manifestantes. No es que los manifestantes del domingo no valgan nada, pero no pueden valer más que otros manifestantes que siempre son despreciados. O por lo menos debe ser duro para muchos manifestantes que sistemáticamente son ninguneados y despreciados asumir que, aunque a ellos nunca se les tenga en cuenta en nada, ellos tienen que atender y apreciar siempre de manera extraordinaria las demandas de otros manifestantes. O que esto se lo digan gobiernos y partidos que siempre desprecian sus manifestaciones. En Madrid sin ir más lejos hubo elecciones hace un año y medio, con el resultado que todos conocemos. La sanidad pública madrileña estará bien, mal o regular, en términos absolutos o en relación a las demás, pero desde luego no está seguramente mucho mejor o mucho peor ahora que hace un año y medio cuando hubo elecciones. Dicho lo cual nos parece muy bien que cuando el gobierno hace algo que a la gente no le gusta la gente salga a la calle a protestar. Sólo que las protestas en la calle de la izquierda no valen más que las protestas en la calle de los demás.
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