Los seis principios enumerados por el senador Mitchell:
1- La apuesta por los medios exclusivamente democráticos y pacíficos para resolver las cuestiones políticas.
2- El desarme total de todas las organizaciones paramilitares.
3- Acuerdo en que el desarme debe ser verificable por una comisión independiente.
4 -Renunciar ellos mismos, y oponerse a cualquier intento de otros, a utilizar la fuerza o amenazar con utilizarla para influir en el curso o en los resultados alcanzados en las negociaciones multipartitas.
5 – Comprometerse con respetar los términos de cualquier acuerdo alcanzado en las negociaciones multipartitas y con recurrir a métodos exclusivamente democráticos y pacíficos para tratar de modificar cualquier aspecto de esos acuerdos con los que puedan estar en desacuerdo.
6 – Instar a que los asesinatos y palizas de “castigo” terminen y a tomar medidas eficaces para prevenir tales acciones.”
Al margen de las innumerables diferencias con Irlanda, como puede comprobarse, el nacionalismo violento no cumple ni uno sólo de estos principios. Se limita a citarlos, lo cual no es un principio Mitchell. La oferta de cumplir alguno de ellos queda condicionada a que se acepten de partida sus discutibles objetivos (autodeterminación, territorialidad, etc), lo cual es contradictorio con el resto de principios.