Javier Esparza no ha sido menos que María Chivite y también se ha explayado en una entrevista sobre la situación de Navarra y su futuro. El titular más llamativo dejado por el líder de UPN es el de que ya se ve como presidente. Es más, que se convierta en presidente de la Comunidad Foral sería algo para lo que ni siquiera le haría falta mejorar sus resultados en las urnas, casi ni presentarse a las elecciones, por lo que no haría falta estar muy preocupado por ellas, sino que el ascenso a la presidencia sería una consecuencia inevitable ya escrita en el destino dada la situación actual. Que Esparza no sea presidente, entre una cosa y otra, es algo que no puede pasar. Cuando se le pregunta si su llegada a la presidencia sería mediante el apoyo del PSN responde que «o con la abstención del PSN o ya veremos como, pero creo que podemos estar con Javier Esparza de presidente en Navarra». O sea que el plan es con el apoyo del PSN o con su abstención. Lógicamente cabe sospechar entonces (y muchas cosas se entienden así también retrospectivamente) que todo lo que pueda estorbar esto es algo a eliminar en la hoja de ruta de Esparza. Además ya empieza a hablar de sí mismo en tercera persona, como Barcos. Es un plan que no puede fallar. O sí. El problema leyendo este plan es si ya muchos navarros queremos que salga bien.
ENTREVISTA | Javier Esparza, presidente de Unión del Pueblo Navarro (UPN): "Me veo como próximo presidente del Gobierno de Navarra".
Por Marian Garcíahttps://t.co/5xyIZkhAoT
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— EFE Noticias (@EFEnoticias) August 26, 2022
El análisis de Esparza es que al PSOE le va a ir muy mal en las sucesivas citas con las urnas, que la culpa la va a echar Moncloa a sus devaneos con Bildu, y que Sánchez no va a querer llegar a las generales apoyándose otra vez en Navarra con Bildu. Esto imposibilitaría una reedición del pentapartito y abocaría a la instauración del quesito. Porque Esparza no parece que vea en ningún momento una victoria del centro-derecha ni luche por ella, sino que tan sólo aspira a convertirse en el Revilla foral. Una alternativa folclórica para el PSOE entre un gobierno propio y un gobierno con Bildu.
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Desde luego sólo con esta perspectiva en la cabeza tiene sentido la prisa que vuelve a ostentar por enterrar el pacto con el PP para reeditar Navarra Suma, el interés por convertirse en muleta de Pedro Sánchez para sus momentos de tribulación aritmética, o la indiferencia ante la fragmentación de su espacio electoral, la irrupción de VOX y hasta el posible surgimiento de otros jugadores como Adanero y Sayas. Si es que jugando al quesito no le importan los votos siempre que no baje de unos 15 diputados, número que por lo visto haga lo que haga le parece imposible de no alcanzar. Es más, en un momento dado de la entrevista Esparza presume como quien no quiere la cosa de que también sabe aprobar las cosas si hace falta con el apoyo de Geroa Bai. Esto es o no es generar ilusión.
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Si puede haber algo aún más desmoralizante que un lunes analizando entrevistas a Esparza y Chivite seguramente es cruzarlas. Porque la última pregunta de la entrevista del Noticias a Chivite es si piensa que Esparza se conformaría con ser su vicepresidente, a lo que Chivite contesta que “Desde luego no es algo que yo tenga en mi imaginación”. La imaginación es maravillosa porque Chivite no tiene a Esparza como vicepresidente en su imaginación, pero Esparza tiene en su imaginación a una Chivite que tiene a Esparza como presidente en su imaginación. Lo significativo sin embargo es que quepa preguntar a Chivite si tendría a Esparza como vicepresidente. O sea, que la pregunta es si a Esparza, contra lo que él cree, se le está poniendo cara de vicepresidente y si con cara de vicepresidente se puede salir a ganar.
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Un comentario
Esto tiene pinta que en Navarra vais a disfrutar de lo votado por otros cuatro años más. Joi jo jo ¿Hasta dónde caerá Navarra tras 12 años gobernada por las fuerzas del cambio y progreso ilusionantes?