La compra de material sanitario durante los primeros momentos de la pandemia se ha convertido en una prioridad absoluta para la izquierda, que ha hecho de ello una auténtica bandera política. Todo debe saberse. Todo debe explicarse. Todo esclarecerse y justificarse. Cada euro que se gastó en la compra de material sanitario mientras la gente moría o resultaba infectada por la escasez de ese materia debe ser fiscalizado. Nadie que se hubiera lucrado injustificadamente puede quedar impune. Transparencia absoluta. Hay que llegar hasta el final. Naturalmente todo esto sólo vale si se trata de Madrid, o acaso de otra comunidad gobernada por el PP. Cuando de lo que se trata es de esclarecer las compras de material de un gobierno de progreso, viva la opacidad.
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A tal punto llega la opacidad gubernamental en el caso del ejecutivo foral que Navarra Suma ha anunciado que ha tenido que recurrir a los tribunales para conseguir un informe que el Gobierno de Navarra se niega a proporcionarle. O sea, el Gobierno de Navarra está poniendo todo tipo de trabas a la labor fiscalizadora de la oposición y Navarra Suma denuncia retrasos en la entrega de información, o que se entrega la información de manera incompleta, pero al parecer entre la información que además no se entrega a la oposición hay un informe concreto que el gobierno foral no quiere entregar ni siquiera incompleto o con retraso, ni aunque específicamente se pregunte por él, directamente el gobierno no lo quiere entregar.
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https://twitter.com/navarra_suma/status/1541412448602931200
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El informe oculto en cuestión sería un informe de reparo de la Intervención General sobre la compra de mascarillas FFP2. Existiría de hecho ya un primer informe de la intervención delegada alertando sobre la existencia de posibles ilegalidades en la compra de ese material, y un segundo informe de la Intervención General sobre la compra que es el de que ninguna manera se quiere hacer entrega a la oposición y Navarra Suma ha tenido que recurrir a los tribunales para poderlo examinar. Navarra Suma sabe que existe este informe porque la consejera de Hacienda reconoció su existencia en una solicitud de información.
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La pregunta evidente es qué maravillas oculta ese informe, al hermano de quién se le compraron las mascarillas, a qué precio, cuál fue la calidad del material recibido y en definitiva por qué la izquierda no quiere que sepamos en Navarra todo lo que exige que se sepa en Madrid. Una compra de mascarillas por parte del gobierno con dinero público no puede ser secreta y sólo puede haber dos razones para ocultar esa información. O todo se hizo tan mal que el gobierno lo quiere ocultar. O todo lo hizo tan bien que por modestia no quiere presumir. Como el gobierno no quiere entregar el informe sólo podemos especular qué será. Si es por modestia se puede publicar en el Metaverso del gobierno, ese caro ciberdesierto que estamos pagando donde nadie lo vería pero decaerían las acusaciones de opacidad. O sea, mucho metaverso para enseñar muchas cosas que a nadie importan menos justo la cosa que todos queremos ver, que si la queremos ver lo tendrá que ordenar a la izquierda un juez.
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