La decisión del alcalde de Pamplona, Enrique Maya, de colocar una gran bandera de Navarra en la Plaza de los Fueros, sigue haciendo correr ríos de pixels. En realidad nadie se atreve a decir nada directamente contra la bandera, sino contra su coste. Esto no quiere decir que quienes se oponen a la bandera realmente se opongan más a la propia bandera de Navarra que al coste, sino que sólo se atreven a cargar contra el coste. Pero lo que les molesta de verdad es la bandera. Eso se deduce del hecho de que otras decisiones de otros alcaldes con costes similares no hayan suscitado sus críticas sino su aplauso efusivo o su silencio estentóreo. Entonces es la bandera, no es el coste.
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Ejemplificando lo anterior, Enrique Maya señalaba ayer en una entrevista publicada por el Diario de Navarra que el coste de la Korrika y el retrato de Asirón habían tenido un coste similar a los 100.000 euros que se prevé que cueste la bandera.
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Efectivamente, la hemeroteca nos recuerda que el Ayuntamiento de Pamplona, en tiempos de Asirón, dedicaba 50.000 euros a financiar ese acto en el que la gente corre con fotos y pancartas de presos de ETA, y al que también se suman esporádicamente sin que la organización se lo impida algunas personas que defienden la promoción del euskera, aunque ya gobierne el nacionalismo.
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UPN de Pamplona solicita un informe a la Intervención municipal sobre el pago de 50.000 euros a la Korrikahttps://t.co/PABv9Jrc5I
— UPN (@upn_navarra) March 31, 2017
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En cuanto al retrato de Asirón, nuevamente la hemeroteca vuelve a dar la razón al alcalde de Pamplona, ya que el Ayuntamiento pagó otros 50.000 euros al pintor Javier Morras, acusado en su día de colaborar con ETA, marido de la parlamentaria de Bildu Miren Anaoa y padre de Hasier Morrás Aranoa, nombrado por Bildu director del Servicio de Multilingüismo y Enseñanzas Artísticas en el Gobierno de Navarra. Esta familia no es desde luego un buen ejemplo para negar la tesis de que el nacionalismo o el antiespañolismo en España es una forma de vida. El caso es no sólo que Asirón pagó 50.000 euros por un cuadro de este pintor de la Batalla de Maya, sino que lo compró aunque él mismo aparecía en el cuadro representado como un héroe de la batalla.
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Manipulación de la historia: Asirón gastó 50.000 euros para reflejarse como un héroe de hace 500 años https://t.co/bOK9WoAYIx a través de @navarra_com
— Idoia Ara (@Idoia_Ara) May 17, 2019
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Confirmado x él mismo, Asirón es el q aparece en el cuadro de la exposición municipal sobre Amaiur en el Condestable pic.twitter.com/J1c0E8KeTh
— Maite Esporrin (@maiteesporrin) November 3, 2016
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Volviendo al asunto de la bandera, ahora que ha quedado bastante claro que el coste no es el problema para muchos de quienes la critican, el punto es que quien no se opuso a pagar la Korrika o el cuadro de Asirón malamente se puede oponer ahora a pagar una bandera gigante de Navarra. Es posible oponerse, desde luego, pero no por motivos económicos para quien haya callado ante los anteriores. Todo ello por no mencionar a quienes critican las banderas de Navarra gigantes en Navarra pero alaban la colocación de ikurriñas gigantes en la CAV, o la colocación de ikurriñas en Navarra. Pero además hay una gran diferencia.
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Tanto la Korrika como el cuadro de Amaiur son inversiones partidistas. Inversiones ideológicas. Por el contrario, una bandera de Navarra no es una inversión partidista ni ideológica. Al menos si nos creemos todos los discursos y no hay nadie a quien moleste la bandera de Navarra. Por tanto en cualquier caso la bandera gigante de Navarra es una inversión mucho menos discutible que las anteriores.
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No sólo eso.
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Si resulta que hay a quien le molesta la bandera de Navarra, porque le molesta la existencia diferenciada de Navarra, entonces a lo mejor está más que justificado el gasto en la bandera. Problema aparte es que poner una bandera está muy bien, pero ese sólo hecho aislado no hace milagros. El frente de batalla es mucho mayor.
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Urtaran colocará una gran ikurriña en la entrada a Vitoria por Portal de Foronda. La enseña vasca, cuyo mástil tendrá 18 metros de alto, se izará «como símbolo de la capitalidad» y se quedará de forma permanente https://t.co/V17F12kEDn
— El Correo Álava (@elcorreo_alava) May 11, 2021
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Por lo demás, el alcalde añade en la entrevista algún detalle sobre la bandera y su coste como que tendrá un mecanismo motorizado para subirla y bajarla, que además será de un material especial para resistir el frío y la lluvia y que en cuanto a dimensiones tendrá 30 metros de báculo y una superficie de 96 metros cuadrados (8×12).
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Un comentario
¿Y por qué no poner una bandera de España?