Debido a la suspensión por parte del gobierno de la tradicional recepción al Angel de Aralar, la Cofradía de las Cinco Llagas celebró el pasado día 29 una recepción simbólica frente al Palacio de la Diputación. Al llegar ante las puertas cerradas del Palacio, se produjo el saludo, se entonaron los cánticos correspondientes y se tocaron los acordes del Himno de Navarra. Se recordó, eso sí, la exclusión de los creyentes de la sede del supuesto gobierno que nos representa a todos y que a todo el mundo presume de abrir sus puertas, menos a los creyentes.
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Por lo demás, de nuevo se confirmó que no es el gobierno el que honra al visitante sino más bien el gobierno quien es honrado por el visitante. Obviamente esto el gobierno no lo entiende. El gobierno no sólo cree que tiene que representar sólo a los que piensan como él, sino que en general se encuentra por encima de los demás. Lo que no es sectarismo es vanidad.
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Un comentario
Preciosa iniciativa. Parece cuando menos curioso vetar visitas a una institución que se presume de todos. Lo único diferenciador es o civilización cristiana o no, poco mas.