Saben nuestros lectores que experimentamos una notable fascinación por la hemeroteca. No porque tengamos muy buena memoria, sino precisamente por no tenerla. Como no tenemos buena memoria, necesitamos la hemeroteca. Lo malo de muchos políticos y periodistas es que tienen nuestra misma mala memoria, pero sin tener nuestro amor a la hemeroteca. Sólo así se explica, por ejemplo, que el PSOE en Madrid ande sacando pecho frente a todo lo sucedido con el PP de Madrid.
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En 2019 muchos retiraron su apoyo al PP-Madrid por la corrupción. Tuvieron el peor resultado de su historia.
En mayo volvieron a apoyarles creyendo en un nuevo PP en Madrid.
Ha vuelto el PP de siempre.
Enfrente va a haber un PSOE serio, honesto y sin complejos para regenerar pic.twitter.com/76SJIkc0XL
— Juan Lobato (@juanlobato_es) February 20, 2022
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O sea, se entiende perfectamente que traten de aprovechar la situación y retorcer el puñal clavado por Casado, ahora su aliado político, pero es que el PSOE madrileño la verdad es que no tiene mucho de qué presumir, menos aún cuando se trata de clavar puñales internos y usar acusaciones truchas para sacar y meter y candidatos afines a la cúpula. Y si no se lo creen ahí está la bendita hemeroteca para recordar lo sucedido a Tomás Gómez, el líder del socialismo madrileño, al que Pedro Sánchez defenestró al hilo de unas feas acusaciones veladas en torno a los sobrecostes del tranvía de Parla. De la noche a la mañana Pedro Sánchez destituyó a Tomás Gómez, le cambió la cerradura del despacho y nombró una gestora. Esto es el Partido Socialista de Madrid que tanto presume hoy de cohesión, seriedad, honradez y coherencia.
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Volviendo un poco más hacia el presente en la hemeroteca, lo que sucedió es que la Justicia archivó el caso y absolvió a Tomás Gómez de todos los cargos, pero eso sucedía 5 años después cuando Tomás Gómez ya era historia.
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Irónicamente, los resultados de Google nos muestran cómo el país se auto-elogia y refuta a sí mismo, pues en el momento de la defenestración de Tomás Gómez la hemeroteca de este diario muestra cómo en una entrada presume de haber publicado los primeros el escándalo, mientras que una segunda entrada 5 años más tarde pone de manifiesto que todo era un bluff.
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Un comentario
¿Hacía falta decir «bluff o fake? ¿Cómo lo veis?