El gobierno prepara nuevas subidas de impuestos a los españoles. De hecho, ya sólo no deflactar el descontrolado IPC sería una subida encubierta de impuestos. Al parecer, el gobierno considera que los impuestos son demasiado bajos y que las familias españolas llegan a fin de mes con demasiado dinero. Por consiguiente, el ejecutivo vuelve a tirar de ese argumentario que repite de que hay que igualar los impuestos españoles a la media europea, pero sin igualar los salarios a la media europea.
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La CEOE advierte: una subida de impuestos reduciría el PIB en 5 puntos y destruiría un millón de empleos https://t.co/ghWiMB6vHP
— okdiario.com (@okdiario) January 31, 2022
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Hay muchas razones para oponerse ahora mismo a una nueva subida de impuestos. En primer lugar porque cualquiera que no viva aislado en una burbuja en Moncloa se da cuenta de que correríamos un grave riesgo de estrangular la recuperación, ya que las familias y las empresas españolas no van precisamente sobradas de fondos. Al contrario, las pasadas subidas de impuestos y el encarecimiento de los precios están conduciendo a las clases medias españolas a un rápido proceso de empobrecimiento.
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En segundo lugar, porque ya tenemos impuestos tan altos como los europeos aunque recaudemos menos. Entonces, ¿por qué recaudamos menos? Porque recaudar lo mismo no sólo depende de poner los mismos tramos de IRPF en España que en Alemania, sino que haya la misma proporción de gente en cada tramo de IRPF en España que en Alemania. Para eso no basta con poner los mismos impuestos que Alemania, sino que hace falta generar tanta riqueza como Alemania.
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En tercer lugar, si a un español se le impone una presión fiscal del 40%, igual a la de un alemán, en absoluto se iguala el esfuerzo fiscal del español y el alemán. Tras quitarle un 40% del salario, al español medio le quedan 14.000 euros, mientras que al alemán medio le quedan 31.000. La presión fiscal es la misma, porque los dos pagan el 40%, pero el esfuerzo fiscal es mucho mayor en el caso del español.
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En cuarto lugar porque armonizar la presión fiscal entre países desiguales es injusto. La izquierda nos repite constantemente que lo justo es que los que tienen más paguen más impuestos y que es injusto hacer pagar a los que tienen menos los mismos impuestos que a los ricos. Sin embargo, como estamos viendo, al mismo tiempo la izquierda española pretende igualar los impuestos de los españoles a los de los europeos más ricos.
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En quinto lugar porque hay algo aún peor que tener impuestos muy altos y es subirlos cada año. No se puede cambiar la fiscalidad constantemente. Esto genera una gran inseguridad fiscal y la imposibilidad de planificar gastos e inversiones a medio plazo. Cualquiera que piense en España como destino de inversión puede valorar mejor o peor que haya impuestos altos, pero lo que le resulta totalmente disuasorio es que le cambien constantemente el escenario, por supuesto siempre a peor.
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Sólo cabe añadir el despropósito de intentar añadir una armonización en la nueva reforma fiscal que se estaría preparando, imponiendo unos tipos mínimos para los impuestos en todas las comunidades. Para empezar esto es acabar con el autogobierno y el sistema autonómico. Resulta curioso ver a partidos independentistas defendiendo la armonización y el centralismo fiscal. Salvo que se prevea excluir de la armonización al régimen vasco, por ejemplo. Entonces sí que se podría hablar de una doble vara de medir, una injusticia y un privilegio. También resultaría curioso ver a los predicadores del federalismo y la igualdad defendiendo por un lado una pérdida de autogobierno y por otro un sistema de privilegios. No es privilegio si todo el mundo puede tenerlo, como en principio sostendría en Navarra cualquier defensor del Fuero. El autogobierno y la descentralización significan o nada o precisamente que no todo el mundo tenga que hacer lo mismo.
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