La afición osasunista vio alterada la placidez del viernes con la noticia de que un jugador de Osasuna había sido engrilletado por la Policía Municipal de Pamplona y trasladado a una comisaría para ser identificado. Ya está, el Chimy que la ha liado, es la puntilla, de esta ya no hay quien le salve. Pero no, no era el Chimy el jugador que en una discoteca había tenido una incidencia en la que su vaso acabó sobre la mesa de mezclas de sonido del local, dejándolo inoperante. A partir de ahí puede haber diversas versiones, pero lo publicado es que el jugador no se identificó cuando los responsables del local llamaron a la policía y esta hizo acto de presencia. Además, puede que la actitud ante los agentes no fuera la más respetuosa, por lo que acabó esposado y trasladado a comisaría. ¿Hay denuncia o no hay denuncia? Según navarra.com sí, según el Noticias no.
🚨 ÚLTIMA HORA
👇 Esto es lo que ocurrió. https://t.co/py9OL3mIBL
— Navarra.com (@navarra_com) January 28, 2022
🔴 Unai García, involucrado en un incidente en una discoteca de Pamplona saldado sin denuncias https://t.co/8K1J9mL91A
— Diario de Noticias (@NoticiasNavarra) January 28, 2022
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Lo bueno de todo este asunto es que no hay ninguna camiseta de Abascal de por medio y que el protagonista no es el Chimy sino Unai García. El director del Noticias no ha tenido por tanto que exigir el despido fulminante del jugador para salvaguardar la imagen del equipo de las peripecias nocturnas de un ultra descontrolado. Eso sí, Unai García no se ha puesto una camiseta de Abascal pero sí la de la selección vasca, y la hemeroteca nos dice que ha reclamado su oficialidad para que pueda participar en las competiciones internacionales como alternativa a la española. Pero el vaso probablemente se cayó sólo, la camiseta era de la Selección de Euskal Herria y nadie citó a Abascal, así que tranquilidad.
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Lo bueno para Unai García es que nadie ha pedido su expulsión de Osasuna por el vaso ni por la camiseta, ni se le ha echado la afición encima, ni se le ha escupido en el campo. Al parecer Unai García no ha tenido con los intolerantes los problemas que el Chimy ha tenido con los tolerantes. Todo es libre y todo se tolera menos lo que indiquen los tolerantes. Eso está muy bien, salvo esta forma de cambiar por completo los nombres que le ponemos a la gente.
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