Fragatas y aviones españoles para luchar contra Putin a cambio de fondos Next Generation

Sorprende la rapidez con la que el partido del No a la Guerra le ha prometido a la OTAN aviones y navíos españoles para oponerse a las pretensiones expansionistas de Rusia frente a Ucrania. ¿Qué se nos ha perdido exactamente a los españoles en Ucrania? ¿Cuáles son nuestros intereses? ¿Quiénes son nuestros amigos? ¿Por qué tanta rapidez en desplazar tropas españolas a la zona? ¿Estamos dispuestos a disparar misiles y masacrar gente o enviamos a las tropas sólo a montar un teatrillo?

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Pedro Sánchez nos ha vendido la moto de que España durante esta crisis se ha convertido en un modelo para el resto de países. Evidentemente es mentira que somos un modelo cuando vivimos conectados a un respirador artificial. Sin el BCE comprando a todo trapo deuda española y los fondos europeos de recuperación ya habríamos incurrido en un default y tendríamos un corralito. El PSOE y Podemos tendrían que haber recortado severamente el gasto público, las pensiones y los sueldos de los funcionarios. Este no es el gobierno del no a la guerra, es el gobierno de la respiración asistida.

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Si dependes del tipo de la bombona de oxígeno para seguir respirando, aparte de no ser para nada un modelo de salud el tipo que te suministra las bombonas te tiene a su merced. Si te pide que mandes una escuadrilla y una fragata a Europa Central te falta tiempo para dar la orden de partida. Entre otros muchos problemas que tiene el dinero que estamos recibiendo para mantener artificialmente nuestros desequilibrios internos, uno no menor es que nos hace completamente dependientes. Si la UE quiere hacer como que le planta cara a Putin, a Sánchez no le llamarán para consultarle, sino para decirle lo que tiene que hacer.

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Desde luego no nos dedicamos a la futurología, pero parece improbable que Rusia se lance a una guerra total contra Ucrania. En realidad Rusia ya controla directa o indirectamente la parte pro-rusa del país y es improbable que pretenda una ocupación total con el dudoso coste beneficio que eso le podría generar. A fin de cuentas Ucrania es un país con más superficie que España y parecida población. Invadir es un país pero mantenerlo invadido es otra cosa muy distinta, como acaba de verse en Afganistán. Y muy caro además. Allá Putin si decide cometer ese error.

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Por otro lado, tampoco hace falta ser futurólogo para darse cuenta de que si la UE manda tropas a las fronteras con Ucrania es que está absolutamente segura de que no va haber ninguna guerra. Parece un poco contraintuitivo esto de mandar tropas a un sitio sólo si se sabe que no va a haber conflicto, pero otra cosa sería menospreciar la proverbial cobardía de la UE. Es posible que la UE se pueda equivocar y acabe involucrada en un escenario indeseado, pero en principio si envía tropas es un síntoma inequívoco de que no cree en absoluto en la posibilidad real de un conflicto militar.

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Que Putin es un mal bicho apenas merece perder el tiempo discutiéndolo, ¿pero qué países son nuestros amigos en el contexto internacional? ¿Es más amiga nuestra Bélgica que Rusia? Si Putin fuera a invadir la región alemana de Schleswig-Holstein, ¿tendríamos que enviar tropas españolas a defenderla, siquiera a los Mossos d´Esquadra? ¿Quiénes son nuestros amigos? ¿Los ocupantes de Gibraltar? ¿Los aliados de Marruecos que le venden armamento? ¿Cuál es el interés de España? ¿A quién estamos apoyando en Ucrania o de qué nos estamos defendiendo tan lejos?

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Otras dos consideraciones pertinentes seguramente son que la UE depende por completo del gas ruso. Al haber apostado por ser los campeones del mundo contra el cambio climático, pero apostando por las renovables y contra las nucleares, cuando no hay viento ni luz Europa depende por completo del gas que nos llega de Rusia, o del que nos llega de Argelia que resulta que es el gran aliado de Rusia en el Magreb. El gran apagón es un escenario que parece bastan improbable, salvo que nos de por bombardear a las tropas rusas. Esta es por tanto una de las dos consideraciones importantes que merece la situación y es que estamos jugando con el precio y el suministro del gas en un momento crucial. La segunda consideración es que le estamos ofreciendo a Putin el enemigo exterior que necesita para reafirmarse interiormente si pierde. Porque si gana jamás volverá a perder una elección.

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Putin criticó el “Gran Reseteo” que propone Davos: “Muchas personas corren el riesgo de quedarse desempleadas”. Discurso completo: https://t.co/AjJkrbu9ex

— KontraInfo (@KontraInfo) January 31, 2021

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Resulta tentador concluir el análisis con la idea de que Rusia es una outsider en el Foro de Davos y en la Agenda 2030. El año pasado, sin ir más lejos, resulta que Rusia acudió a la cita anual de Davos tras 12 años de ausencia, pero Putin intervino por videoconferencia para decir que consideraba un despropósito el “gran reseteo” que proponen los agendistas, y señaló que las medidas que se están proponiendo hundirán a las clases medias y abrirán una etapa de convulsión y pobreza. No ve claro Putin que sin tener nada y comiendo gusanos seamos felices. Tampoco ve clara la ideología de género, el desmantelamiento de la familia y otros mantras del globalismo y el pensamiento único obligatorio. Puede que no tenga nada que ver, pero a lo mejor salirse del consenso de Davos entraña ciertos peligros y entre las diferencias que podemos señalar ahora entre los dos bandos en conflicto una de ellas podría ser el apoyo o no a la Agenda 2030. Por supuesto Putin es un autócrata malísimo, no como Xi Jinping. Los sensatísimos sucesores de Trump, por otro lado, hace apenas un año que han llegado a la Casa Blanca y, tras cuatro años de distensión y tranquilidad, parece que ya nos abocan a la guerra global, el caos y el descontrol.

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