El pasado lunes 8 de febrero, teníamos conocimiento por parte de la Concejal de Cultura de la intención de colocar una escultura en memoria del que fuera Papa, Juan Pablo II. Dicha escultura sería la misma que está colocada en la ciudad de Torun (Polonia) y cuyo Ayuntamiento ha cedido los derechos de reproducción al Ayuntamiento de Pamplona. La escultura de Juan Pablo II tendría un coste cero para nuestro Ayuntamiento, que sólo se tendría que limitar a dar los permisos para que se pudiera colocar en la rotonda que se encuentra en la Avenida que lleva el nombre del citado Papa.
Como bien sabrán los lectores, tanto PSOE, como NABAI y la Sra. Pueyo, de la ilegalizada ANV, han manifestado que no están de acuerdo. Yo misma, como concejala del PP me he mostrado a favor ya que considero que la colocación de dicha escultura es una mera respuesta al clamor y al sentir popular de la inmensa mayoría de los pamploneses, de los navarros y de los españoles por lo que el Papa representa, no sólo por ser el sucesor de Pedro en la tierra, sino por lo que de personaje histórico y el reconocimiento internacional que en sí tenía el Papa polaco.
Las críticas vertidas por los grupos de la oposición como el PSN o NABAI nada tienen que ver con las manifestaciones que sobre otras religiones suelen hacer. Me llama la atención que la Sra. Esporrín critique esta decisión indicando que “supone un precedente discutible, máxime al tratarse de un personaje cuya trayectoria, legado y reconocimiento no suscita el consenso social deseable”. Se olvida la Sra. Esporrin que el propio Papa ya tiene una Avenida en el Soto de Lezkairu, por acuerdo de alcaldía, ratificado por el Pleno del 6 de abril de 2005. Más importancia debería haber tenido el hecho de poner su nombre a una avenida de nuestra ciudad y no una estatua sobre la avenida a la que da nombre el personaje. Pues bien, si no me falla la memoria, y las consultas que he realizado, el grupo municipal socialista nada dijo entonces. Nos encontramos, pues, ante una “pataleta” de colegio para buscar el protagonismo que no se tiene por otros medios. Tienen que justificar ante su electorado que están en contra de los planteamientos católicos.
Sin embargo, vista esta reacción de los socialistas de Pamplona, es paradógico el espectáculo presenciado estos últimos días con el Presidente ZP en el desayuno de oración con Obama en el que leyó algún pasaje de la Biblia. Parece que en este caso no se hiere ninguna sensibilidad. ZP, sumergiendo al país al que representa en infinidad de problemas, demostrando una incapacidad total para hacer frente a la crisis, y con un desprestigio internacional cada vez más preocupante, está demostrando una doble moral, tomando medidas como las de eliminar los crucifijos en las aulas de enseñanza, y sin embargo acudir a ese desayuno de oración acompañado de políticos y empresarios a hacer no se sabe muy bien qué. Me viene a la memoria que el día que partía hacia EEUU, en España se estaba celebrando un funeral por un soldado muerto en acto de servicio en Afganistán, y el presidente no acudió, justificando que estaba ultimando el discurso que debía pronunciar en Washington.
Hay que recordar tanto a la Sra Esporrin como a los representantes de NABAI que España se declara como un Estado aconfesional. En muchas ocasiones interesadamente se confunde aconfesionalidad con laicidad. Un Estado aconfesional supone que en él caben todas las creencias, que ninguna es obligatoria y que el estado debe respetar a quienes las practican, y que éste no toma parte de manera oficial por ninguna. La laicidad debería ser compatible con la cooperación con todas las confesiones religiosas dentro de los principios de libertad religiosa y neutralidad del Estado
Juan Pablo II fue y es recordado tanto por creyentes, como por no creyentes, y también por seguidores de muy diversas y diferentes religiones, como un hombre que dedicó su vida a defender los valores de la paz universal, la libertad, la justicia, la igualdad y la dignidad de la persona humana, además del respeto y el amparo de los Derechos Humanos. Navarra también recuerda con mucho cariño la visita histórica que nos hizo Juan Pablo II a Javier en 1982.
En definitiva, me quedo con las palabras de la portavoz parlamentaria en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría refiriéndose a Zapatero en las que decía que “Obama bien vale una Misa”. Mientras, en nuestra querida Pamplona nos dedicamos a perder tiempo, esfuerzos, y a polemizar sobre una decisión totalmente legítima, razonable y tomada con sentido común.
2 respuestas
Por qué siempre que leo algo referente a esta estatua me tienen que sacar la ciudad de Torun por algún sitio. Ni siquiera he tenido la curiosidad de mirarla en el mapa. Qué pasa, ¿que si no fuera por lo de Torun Juan Pablo II no se merecería una estatua aquí?. ¿O es una manera blanda de comprometerse…?
Mi vecina estuvo en Torun y a través de la pared le oí una noche decir que no le había gustado.
Estoy de acuerdo con Josetxo, muy bien razonado. Juan Pablo II es un gigante, y embajador de la Humanidad. Sería una pena que no contáramos con una estatua suya por los comentarios de un par de personas con prejuicios, hay que ser valientes ¡hasta para que triunfe el sentido común!