El Soto de Lezkairu es un ejemplo de los problemas que pueden estar por venir si se enfría el negocio. Se trata de una de esas zonas en las que el suelo se ha adquirido a un precio muy elevado. Las viviendas que se construyan, difícilmente van a ser rentables por un precio de venta inferior a 420.000 euros (70 millones de pesetas). Por debajo de ese precio, el constructor perdería dinero. Un caso similar, acaso un poco menos exagerado, es el que también se va a dar en la zona de Entremutilvas. El problema es que los pisos de este segmento de precios van a ser son los más afectados por la crisis. Como ya comentábamos en la primera parte este análisis, buena parte del sector sólo puede hacer frente al endeudamiento manteniendo los niveles de ventas; si éstas caen, la carga de la deuda será insostenible. A su vez, la necesidad de vender para poder hacer frente al pago de la deuda provocará la caída de los precios. Los bancos y los inversores, que se empiezan a percatar de la situación, respectivamente endurecen las condiciones de sus créditos y permanecen a la expectativa sin entrar en el mercado. Es exactamente lo que se espera que pase cuando se produce un cambio de ciclo.