El olentzero lo tiene oscuro como el carbón para desvincular su imagen de la del nacionalismo radical, incluso de la del terrorismo, valga la redundancia. No es tanto por el éxito de sus detractores, como por el empeño de sus defensores, y si no véase este pedazo de tuit que se marcó Arnaldo Otegui en el día de Navidad.
Gabon gauean Olentzerok utzitako oparia. pic.twitter.com/04kiR3UFKK
— Arnaldo Otegi 🔻 (@ArnaldoOtegi) December 25, 2021
El tuit de Otegui, como puede apreciarse, casi se presta más al análisis psicológico que al político. Para empezar, raro será el caso de alguien que le ponga al Belén una pancarta de apoyo a Amedo o a Franco, salvo algún zumbado. Es por ello que si a alguien así le consideraríamos un zumbado no podemos de dejar de considerar como zumbado a alguien que le pone al olentzero una pancarta de los presos. Otegui es un fanático que no puede desconectar ni en Navidad. Cuando alguien mezcla los presos con el olentzero lo que está claro además es que lo que realmente le importa son los presos, no el olentzero. Todos los eventos festivos, sociales y culturales para la izquierda abertzale no son ya a fin de cuentas más que una excusa para meter como sea a los presos.
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El nacionalismo se esmera en denunciar los prejuicios y las fobias o la antipatía que genera el olentzero en una gran parte de la población. Sin embargo, antes de abroncar a la población general por su indiferencia o su rechazo al olentzero, bien haría el nacionalismo en llamar a capítulo a Otegui. ¿Cómo no van a asociar muchas personas el olentzero a los presos de Eta y al nacionalismo radical si Otegui es el primero que hace todo lo posible para establecer esa asociación? Todo en el folclore vasco se encuentra totalmente politizado, como para hacer una excepción con el oletnzero.
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En el supuesto más favorable para olentzero podría decirse que Otegui lo ha secuestrado. Que tampoco sería una cosa rara. O sea, Otegui otra cosa no sabrá, pero de secuestros puede escribir un libro. No obstante y hablando de libros, como regalo de Navidad y como se aprecia también en el tuit, parece que ha preferido la biografía de un terrorista como Domingo Iturbe, “Txomin”, en un nuevo gesto ilustrativo de los regalos del olentzero apropiados para el solsticio. A decir verdad ningún odiador podría haber hecho fácilmente un retrato tan devastador del carbonero como el que Otegui ha regalado por Navidad a los detractores del olentzero.
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