Corría el mes de noviembre cuando La Gaceta hacía pública la forma en que uno de los máximos líderes de la UGT, el navarro Patxi San Juan, hacía bueno en plena crisis el dicho de que las penas con pan son menos penas. Aunque en este caso, hablar de “pan” sería quedarse corto.
El sindicalista comentó que había quedado muy satisfecho con la cata de los 35 platos que conforman el menú degustación del exclusivo restaurante El Bulli: “Me tomé un menú degustación que es lo que normalmente se come allí y me gustó la calidad”. El menú degustación del restaurante propiedad del afamado cocinero Ferrán Adriá tiene un precio de 300 euros.
La estela del escándalo se coló pocos días después en el 25 Congreso de la Federación del Metal, Construcción y Afines de la UGT, celebrado en Pamplona. Solidarizándose con Patxi San Juan, el secretario general de la UGT en Cataluña, José María Alvarez, confesaba abiertamente que “yo también he pecado. Me confieso, yo también he estado en El Bulli”. La confesión de Alvarez cosechó la ovación de los delegados del sindicato.
Con ocasión de su congreso, por otra parte, el sindicato gastó 600.000 euros en 4 días incluyendo el alojamiento de sus líderes en un hotel de cinco estrellas.
Ahora 18 sindicalistas se dan un “festín” en Támara Casa Lorenzo.
Ante lo que sin duda podía haber resultado un mazazo para la cúpula de la UGT, como es la noticia del cierre temporal de El Bulli durante 2.012 y 2.013, parece que los miembros más sagaces del sindicato han iniciado activamente la búsqueda alternativa de lugares de “pecado”. Así, Periodista Digital hace publica la “comilona” de 18 dirigentes de la UGT en Tamara Casa Lorenzo, a 130 euros el cubierto.
El restaurante se encuentra situado a pocos metros de la sede de la UGT enMadrid. Una sede respecto a la que en Facebook se exige su subasta a cambio de dinero para el hambre en el Tercer Mundo. La iniciativa en Facebook cuenta ya con la adhesión de 2.983 miembros.
En el mejor de los casos, y siempre que todos los sindicalistas pagaran la cena de su bolsillo, la escena cuando menos volvería a demostrar que ser un sindicalista de izquierdas no tiene nada que ver con que, mientras una parte del mundo muere de hambre, otra se gasta más de 100 euros en cenas de lujo.
2 respuestas
Hace unos dias, un sabado hacia las ocho de la tarde, coincidi con Roberto Jimenez y su guardaespaldas en una caja del supermercado del Corte Ingles: estaba comprando dos botellas de champan frances Moet Chandon que vale entre 30€ y 35€ cada una. Se nota que son «socialistas y obreros» o ¿sera que bebe para olvidar los mas de cuatro millones de parados?.
¿Pero por qué lleva guardaespaldas?