El presidente de la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN), se despachó duramente ayer contra la reforma laboral apuntada por el gobierno, calificándola literalmente de “bodrio” porque, según el presidente de la CEN, no tiene “ningún sentido”. Yendo aún más lejos, apostó por una huelga general con el “único objetivo” de hacer comprender a Zapatero la conveniencia de que “abandone” la presidencia.
En relación con el disgusto de los empresarios respecto a la última propuesta del gobierno, está teniendo importante eco un artículo publicado en El Mundo por José Luis Feito (Presidente de la Comisión de Política Económica y Financiera de CEOE, y del Instituto de Estudios Económicos), explicando las cuatro principales falacias respecto a la crisis laboral del país en boca del gobierno y los sindicatos.
Primera falacia: si el origen de la crisis no está en el mercado laboral, sino en el financiero, la solución a la crisis tampoco puede consistir en la reforma del mercado laboral.
Resulta de todo punto evidente, sin embargo, que el mercado de trabajo de todos los países no ha sufrido de la misma manera el impacto de la crisis. A este respecto, Feito señala que los costes laborales reales suben mucho más en España que en el resto de Europa, según datos de la Comisión Europea, y que el empleo cae mucho más que en el resto de Europa pese a que la caída del PIB es muy similar.
Casualmente, los países donde menos ha crecido el paro han sido también aquellos en donde menos han crecido los costes laborales (Alemania y Reino Unido).
Segunda falacia: la virulencia de la crisis es España es culpa del modelo productivo, basado en el ladrillo. Para salir de la crisis no hay que cambiar el mercado laboral, sino el modelo productivo.
Sin embargo, aunque en la crisis de los 90 –sin burbuja- la construcción era responsable del 30% del paro generado (frente al 60% actual), los niveles de paro alcanzaron el 24%. Con o sin burbuja inmobiliaria, siempre generamos más paro.
Por otra parte, muchos otros países están haciendo frente al crash inmobiliario generando mucho menos paro.
Tercera falacia: reducir los salarios disminuye la renta de las familias, por tanto la demanda agregada, lo cual agrava la caída de la producción y la destrucción de empleo.
Por el contrario, según Feito la experiencia demuestra que la subida de los salarios sólo aumenta la demanda agregada en situaciones de pleno empleo. En otro caso, las empresas que se enfrentan a salarios reales superiores a la productividad de sus trabajadores acaban desapareciendo. En consecuencia aumenta el paro y disminuye la demanda agregada. Incluso quienes conservan el trabajo ahorran más y gastan menos por miedo a perder su empleo.
Cuarta falacia: no se puede decir que el mercado de trabajo no funciona cuando entre 1996 y 2007 se crearon en España 7,5 millones de empleos netos.
Este argumento, precisamente, refleja la rigidez de nuestro mercado de trabajo, incapaz de adaptarse al cambio de ciclo económico por otra vía que destruyendo puestos de trabajo.
Volviendo al principio, esta rigidez se demuestra especialmente en la escasa sensibilidad de los salarios reales al momento del ciclo económico. De esta manera se pierde todo lo creado con el cambio de ciclo.
España es casi el único país de la OCDE en el que los salarios reales suben más cuando cae el nivel del PIB. Por otra parte, es casi también el único país en el que las horas trabajadas caen cuando aumenta el PIB y suben cuando baja.
Por todo ello, Feito señala estos factores laborales como principales responsables del paro cuya reforma resulta imprescindible para la salida de la crisis:
-La indiciación de las negociaciones salariales y la consiguiente insensibilidad de la estructura salarial pactada en convenios a las condiciones diferenciales de las diversas empresas y grupos profesionales.
-La práctica imposibilidad de flexibilizar jornadas y horas de trabajo y el limitado alcance del empleo a tiempo parcial.
-La escasa reacción de los salarios reales al aumento del paro por los elevados costes de contratación, que limitan la salida del paro hacia los empleos indefinidos que pactan los aumentos de salario reales.
– La ineficiencia del sistema de colocación de los empleados.
Sin reformas en todos estos campos, concluye Feito, que adecuen mejor los costes laborales reales a la productividad de los trabajadores en cada momento del ciclo económico, no se podrá incrementar la creación de empleo por unidad de crecimiento del PIB para homologar nuestro mercado laboral al del resto de países europeos.
Confirmando toda la digresión anterior, podríamos añadir el siguiente mapa del paro en Europa (Eurostat). Puede que nuestro modelo productivo no sea comparable al de Alemania pero, antes de echarle la culpa al modelo productivo, vemos que el paro que genera tampoco es comparable al que generan otros países cuyo modelo productivo tampoco es comparable al de Alemania, como Portugal, Grecia, Polonia o Hungría.
2 respuestas
Hombre, Don Jose Manuel.. totalmente de acuerdo. Estamos ante un mercado tan rígido como el del alquiler, que ha producido como «Originalidad» española que casi no haya arrendamiento de vivienda. Son cosas que va a costar superar.
El empresario quiere SEGURIDAD y coste 0 en los despidos.
Esa es la forma de hacer que uno se atreva a contratar gente, y JUGARSE TODO SU DINERO.
Hay dos clases de trabajadores, los que tienen empleo asegurado porque despedirlos es prohibitivo, y los que tienen una M…y son los primeros que van al paro, sin indemnización.
Todos «semos» iguales, pero algunos, «semos» más iguales.. que decía Orwell.
Mientras eso no cambie, el trabajador joven estará contratado de forma precaria, y el otro, aunque sea un vago y un inútil, permanecerá en la empresa.
Este esquema es absurdo porque refleja una «seguridad en el empleo» que es una entelequia utópica. El empleo es seguro si es Ud. un buen trabajador y su empresario/a un tipo competente en vez de un fantasmita que va dando sablazos a diestro y siniestro.
Lo que no me explico sonlos parabienes que la infumable propuesta de ZP ha producido en la Confederación de empresarios. Tendrán que hablar con la CEN.
Síiiiii ¡¡¡¡¡¡a la huelga y abajo el gobierno!!!!!