¿Qué sentido tiene imponer la vacuna en vez de convencer explicando sus beneficios? El Gobierno de Navarra, por ejemplo, informaba ayer de que el 58% de los pacientes COVID ingresados en UCI son navarros no vacunados. Obviamente el dato es bastante demoledor y el gobierno foral lo publica para que lo sea. Es decir, el gobierno no es ajeno por completo al intento de convencernos de que nos vacunemos. ¿Pero por qué entonces no termina de apostar por la transparencia y la información?
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🔴 Tres de cada cinco ingresados en la UCI en Navarra están sin vacunar#covid19 #coronavirus #VacunateYCuidate #Covid_19 https://t.co/dtt8bbaaEb
— Diario de Noticias (@NoticiasNavarra) November 16, 2021
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Si las vacunas funcionan bien, son eficaces y no tienen efectos secundarios, o los riesgos de los efectos secundarios son un mal mucho menor que los riesgos de no vacunarse, ¿por qué no se toman en serio el esfuerzo de demostrárnoslo? Aunque pudiera parecer que el dato anterior proporcionado por el gobierno es un paso en esa dirección, en realidad no lo es. Es decir, ¿por qué da ese dato ahora pero no hace una semana o un mes, o por qué la semana que viene puede que no lo de? ¿Acaso la semana pasada o hace un mes las proporciones no eran tan concluyentes? ¿El gobierno sólo informa del porcentaje de ingresados en UCI vacunados y no vacunados cuando el porcentaje beneficia la tesis de vacunarse? Evidentemente estas preguntas tienen sentido sólo porque el gobierno no publica diariamente el desglose por edades de vacunados y no vacunados fallecidos o en UCI. ¿Y por qué no lo hace si los datos están claros y si de este modo se acabaría con cualquier suspicacia?
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Mostrarnos y explicarnos los datos de eficacia de las vacunas no es una opción del gobierno, sino una obligación, al menos si nos trata como personas libres e inteligentes y no como ganado. En este sentido las opciones explicativas que caben son preocupantes.
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La primera es que las cifras diarias publicadas transparentemente no avalarían la eficacia de las vacunas tanto como nos dicen. En este caso sería muy grave esta ocultación. No digamos si a continuación pretenden convertir la vacuna y el pasaporte inmunitario (que no lo sería para tanto) en una auténtica obligación.
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La segunda opción es que las cifras diarias publicadas transparentemente sí avalaran la eficacia de las vacunas, en cuyo caso la actuación del gobierno casi sería peor. ¿Habría gente muriendo no vacunada por desconfianza cuando el gobierno podría demostrar sin problemas la eficacia de las vacunas?
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Si el gobierno tiene datos diarios que confirman la eficacia y el riesgo-beneficio de las vacunas, el presidente del gobierno, los presidentes autonómicos y los consejeros sanitarios de turno no tienen nada más importante que hacer cada día que mostrar y explicar esos datos. Pedro Sánchez ha empleado horas y horas de televisión en prime time durante la pandemia para vendernos la grandiosidad de su gestión. ¿Por qué no encarga un estudio concluyente y comparece ahora para demostrarnos la eficacia de las vacunas? ¿Por qué las televisiones públicas y los consejeros de turno no nos están mostrando diariamente las cifras que demuestran que las vacunas son eficaces? ¿No es precisamente para esto que se justifica pagar todo el dinero que nos cuestan esos medios de comunicación públicos? Tener esas cifras y no mostrarlas para convencer a la gente sería casi criminal. No tenerlas y pretender que la gente se vacune porque sí tampoco lo sería mucho menos. Hemos soportado meses y meses de comparecencias de Fernando Simón diciendo primero una cosa y después la contraria, ¿dónde está ahora para demostrarnos la eficacia de las vacunas? ¿Cuál es la forma en que queda retratado el gobierno si a ese 20% de españoles aún no vacunados se les quiere vacunar por imposición y no por convicción?
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Salta a la vista que este no es un debate a favor o en contra de las vacunas, sino a favor de la máxima transparencia y la publicación clara de todos los datos disponibles. Aunque sólo sea porque para que haya un debate a favor o en contra de las vacunas tendrán que ser conocidos los datos de la eficacia de las vacunas. ¿O nos consideran lo bastante capacitados para votar pero no para vacunarnos? En realidad, la hipótesis de que los datos de eficacia de las vacunas no son transparentes pese a ser buenos sólo encontraría explicación en el elevado número de vacunados. De algún modo el gobierno puede pensar que en ningún debate puedes ganar por más del 90%. Si ya tienes vacunado al 90% de la población diana, el debate sólo puede perjudicarte. Hay que recurrir a un argumento tan retorcido como este para tratar de entender que no nos expliquen claramente con datos diarios y transparentes los beneficios de las vacunas. Por otro lado esto confirmaría dos cosas. Primero que efectivamente no nos miran a los españoles como ciudadanos libres sino como ganado, y segundo y más preocupante que hace bastante tiempo que les va bien tratándonos como ganado. Si te tratan como ganado o haces algo para indicarles lo equivocados que están o confirmas que efectivamente eres ganado, o al menos te comportas y reaccionas como tal.
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