Es posible que este análisis comience de una forma un tanto extraña ya que parte de una denuncia del sindicato ELA, el cual no sólo señala las altas tasas de temporalidad en el sector público de la Comunidad Foral, sino la nula voluntad del actual gobierno ecotransprogresista por enderezar la situación:
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ELA denuncia que “el GOBIERNO de NAVARRA no tiene ninguna voluntad de CONSOLIDAR a los más de 15.000 TRABAJADORES Y TRABAJADORAS del SECTOR PÚBLICO que sufren la LACRA DE LA TEMPORALIDAD”
“Sigue funcionando como una sucursal de Madrid en lo relativo al empleo público” pic.twitter.com/y6eEiRHD0w
— juanjo.basterra (@jotabe1963) November 8, 2021
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Efectivamente, la temporalidad en el sector público foral se ha disparado hasta el 53,68%. Una parte de este porcentaje puede ser culpa de la pandemia, pero el hecho es que también el sector privado ha pasado la misma pandemia, y con mayor sufrimiento, y que la superior temporalidad en el sector público respecto al privado ya venía de antes de la pandemia, de hecho no para de crecer desde la llegada de los ultraizqierdistas al gobierno. Seguramente ELA no va a pedir el voto para la derecha, pero si fuera consecuente tal vez debería. Como referencia, la temporalidad en el malvado sector privado foral no llega al 25%.
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En los últimos 5 años la tasa de temporalidad en la Administración Pública en Navarra ha subido 15 puntos.
👉Una situación intolerable que afecta a la calidad de los servicios públicos. pic.twitter.com/WEJP9Iv75a
— UPN (@upn_navarra) September 16, 2021
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Estos datos nos han generado nuevas preguntas, como cuántos trabajadores hay en el sector público navarro y cuántos en el sector privado. Es más, cuál ha sido la evolución de ambos sectores en los últimos tiempos. El resultado es muy significativo. Hemos tomado como referencia 3 fechas interesantes, ambas en el 3er trimestre del año respectivo para que sean comparables. La primera referencia temporal es el feliz 2007, antes de que llegara la crisis, en los tiempos en que gobernaba UPN. Después hemos tomado el 2015, cuando los progresistas llegaron a traer el reino de leche y miel desde el gobierno del cambio. Finalmente hemos tomado los datos actuales, encontrándonos con unos contrastes interesantes.
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Como puede apreciarse, actualmente tenemos 285.000 ocupados, frente a los 296.000 que había en 2007. La cosa todavía es peor teniendo en cuenta que en 2007 Navarra tenía 600.000 habitantes, frente a los 660.000 actuales. Es decir, antes había más ocupados incluso con menos habitantes. Interesa retener el dato para cuando el gobierno actual presuma del número de ocupados. Lógicamente con más población y menos ocupados hay mucho más paro.
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Otro dato interesante, a la par que preocupante, es que en 2007 había 257.000 trabajadores en el sector privado, frente a los 234.500 actuales. Por el contrario, en 2007 había 39.200 empleados públicos frente a los 50.700 actuales. Esto significa como poco dos cosas: que la evolución del empleo es mala en Navarra, pero además sería peor sin el aumento del empleo público. También significa que en 2007 había 6,5 empleados privados por cada empleo público, mientras que ahora sólo hay 4,6. Dicho de otro modo, los gobiernos de progreso crean empleo público a la par que destruyen el privado. Los gobiernos de progreso no saben crear empleo privado. A su vez, cada vez menos empleados privados tienen que sostener a más empleados públicos. Crear empleo público es fácil, basta con tirar de presupuesto, sólo que la administración cada vez se vuelve más insostenible. El desbarajuste en las cuentas públicas cada vez es mayor. Cada vez hay más gente cuyo sueldo sale de los presupuestos y menos gente cuyo sueldo financia los presupuestos desde el exterior. Cada vez por tanto la administración es menos sostenible. Cada vez los impuestos son más altos. Y cada vez el sector privado está más ahogado, crece menos y se cierra un círculo vicioso que nos conduce a la insostenibilidad y a la ruina.
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