En las últimas fechas ha habido un movimiento interesante dentro del Diario de Navarra. La directora durante los últimos 16 años, Inés Artajo sale jubilada de la dirección a los 65 años, siendo sustituida por Miguel Angel Riezu, de 59. ¿Cambian sólo las personas o puede esperarse también un cambio en el estilo? ¿Cuál es el estilo del Diario de Navarra? En estas nos hallábamos cuando el diario nos sorprende el sábado y el domingo con dos portadas significativamente venenosas, o serán imaginaciones nuestras.
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Como puede apreciarse, en la portada del sábado, se destaca la falta de médicos en Navarra ante la previsión de que vayan a producirse cerca de 50 jubilaciones al año durante los últimos años. En la misma portada, aunque algo menos destacada pero justo al lado de forma que casi resulta imposible leer lo uno sin lo otro, encontramos la información de que el Gobierno de Navarra le cambia el nombre al Complejo Hospitalario de Navarra por el de Hospital Universitario de Navarra. ¿Casualidad o veneno?
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Es decir, quizá seamos unos malpensados, pero parece que la sanidad navarra tiene un problema muy grave por una falta de médicos y que el tipo de soluciones que propone el gobierno foral es cambiar el nombre a la zona de los hospitales. Esto es como si para evitar que un cocodrilo te muerda decides empezar a llamarlo perrito, y entonces ya le puedes tirar una pelota para que te la recoja, acariciarle el lomo o enseñarle a dar la patita. Nada por otro lado que no estemos viendo constantemente con estos partidos en el gobierno y esta ideología dominante que piensa que los nombres determinan lo nombrado y no a la inversa, de ahí por ejemplo toda su obsesión con el lenguaje y la fraseología de género. Esto tampoco nos puede extrañar ya que la izquierda relativista actual bebe ideológicamente de las fuentes del marxismo y el estructuralismo de Lévi-Strauss. No parece sin embargo tanto que el Diario de Navarra comparta el estructuralismo nominalista de la izquierda como solución a los problemas reales sino que, por el contrario, contrapone los problemas reales (la falta de médicos) a la incompetencia e ineficacia del gobierno para resolver los problemas reales, dedicándose por el contrario a cambiar innecesariamente los nombres a las cosas.
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Como segunda portada venenosa consecutiva, nos encontramos con esta otra en la que se nos advierte en un gran titular del riesgo de desabastecimiento futuro en Navarra por la escasez de camioneros, mientras que un poco más pequeño, pero justo a la derecha y a continuación, indisimulablemente, siguiendo el esquema de la portada anterior, se nos anuncia que 508 aspirantes se presentan a 57 plazas de Policía Foral.
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Una vez más parece que el Diario cuestiona incisivamente la necesidad de tanto policía foral mientras lo que nos hace falta de verdad son más camioneros. O ponemos a los forales a conducir camiones, o proponemos a los 451 aspirantes que se quedan sin plaza de foral que prueben suerte con los camiones.
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Naturalmente todo esto puede ser una casualidad sin relación alguna con el cambio en la dirección, una migaja que tras tanto tiempo de hambruna parece un pan cabezón, una ensoñación de la que despertaremos al dar la vuelta al periódico y leer el chiste de Oroz, pero qué nos queda con este gobierno y este panorama mediático subvencionado sino esperar y soñar.
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