100 días después del anuncio Pedro Sánchez ha conseguido que se cumpla el objetivo de tener vacunada en esta fecha con pauta completa al 70% de la población española. A decir verdad es un objetivo que no ha conseguido Pedro Sánchez, ya que la gestión de compras de las vacunas es una cuestión de la que para bien o para mal, seguramente para mal, se ha encargado la UE. La mala noticia es que el porcentaje de vacunación se ha alcanzado pero no se ha conseguido la inmunidad de rebaño. Si los pronósticos han fallado eso significa que las premisas de las que partían esos pronósticos estaban equivocadas. Las vacunas son eficaces, pero no tanto como pensábamos.
X
x
La mala noticia es que debido a la menor eficacia a la esperada de las vacunas seguimos con los hospitales tensionados y un número apreciable de fallecidos pese a los altos porcentajes de vacunados, que en Navarra llegan al 74% de la población mayor de 12 años. Con estos porcentajes y las previsiones que se manejaban no deberíamos tener los fallecidos u ocupación UCI que se están observando, ni tampoco necesidad de mascarillas ni toque de queda u otras muchas limitaciones que seguimos padeciendo y que cabe preguntar si no seguiremos padeciendo con un tercer o un séptimo chute de la vacuna.
X
x
La buena noticia es que, si observamos por un lado la gráfica de los contagios y por otro la de los fallecimientos, observamos que las oleadas de fallecimientos no se corresponden a las de los contagios. Con la curva de contagios que se observa en estos momentos, en otro momento hubiéramos tenido más muertos y más restricciones de las que tenemos. Hay una quinta ola de contagios cuya magnitud es mucho mayor a la quinta ola de muertos. La cuestión, sin embargo, es que no estamos tan bien como esperábamos, que hay un gran agotamiento en la población y que las dudas aumentan sobre muchas de las afirmaciones que se estaban manejando. De un escenario en el que los vacunados no enfermaban ni contagiaban, por lo que se pretendía imponer el pasaporte inmunitario y la obligación de la vacuna, pasamos a un escenario en el que los vacunados contagian, también enferman y no pueden dejar totalmente la mascarilla. ¿Qué sentido tiene entonces el pasaporte inmunitario o la obligación de la vacuna si la vacuna no es capaz de cambiar radicalmente el escenario? En Israel ya hay fallecidos con la tercera dosis de la vacuna. Muchas personas estaban escuchando que tendrían que recibir una tercera dosis antes de recibir la primera. Cuando recibamos la tercera, ¿se hablará ya de la quinta o la sexta? ¿Nos devolverá a la normalidad una cuarta o una quinta dosis de la vacuna o tendremos que aprender a vivir con el virus y tendrá que decidir cada cual los riesgos que asume o la forma en que quiere vivir con el virus?
X
A todo lo anterior hay que sumar el hecho de que paralelamente a la epidemia asistimos a una normalización oportunista de los recortes de derechos, así como a una uniformización del discurso mediático la cual, por otro lado, favorece los excesos del gobierno y la implantación de la agenda política del poder dominante. El virus amenaza nuestra salud, pero también están amenazados nuestros derechos fundamentales. Contra lo primero puede no haber una vacuna totalmente eficaz, contra lo segundo no hay más vacuna que la vigilancia permanente y la resistencia.
X
