El Parlamento Europeo pretende que desde las instituciones eurocráticas se imponga, a todos los Estados-miembro, el concepto de derechos reproductivos y sexuales, limitando el derecho a expresarse en contra de este controvertido asunto.
Este es un ataque a los derechos humanos fundamentales, además de la libertad de expresión, la protección de la vida y la soberanía de los Estados-miembro de la oficialmente denominada Unión Europea.
En la práctica, esto es sobre el reconocimiento de que tales controvertidas peticiones como el aborto a demanda para menores o la educación sexual obligatoria son derechos humanos. Hablamos de derechos que también deben ser reconocidos e implementados por todos los Estados-miembro de la UE.
Como resultado de estas medidas, en vez de continuar como una comunidad de Estados soberanos, podría convertirse la Unión Europea en un supra-Estado que aliene poderes no concedidos, a fin de imponer soluciones radicales e ideológicas a los Estados-miembro.
En 2014, gracias a la oposición de la sociedad civil, fue posible rechazar la adopción del extremadamente controvertido “Informe Estrela”, por parte del Parlamento Europeo. El informe pretendía introducir los conceptos de los derechos sexuales y reproductivos así como el llamado “derecho al aborto” en el lenguaje oficial de la UE. Hoy, pese a la oposición que entonces se expresó tan claramente, tenemos que afrontar otra amenaza de introducción de estos conceptos en la Unión Europea.
Aunque las resoluciones no sean vinculantes, ejercen presión sobre todos los Estados que protegen la vida, la familia y los derechos de los niños.
Los tratados bajo los cuales se supone que la Unión Europea ha de operar indican, claramente, que la Unión Europea no tiene autoridad para interferir en las políticas sanitarias de los Estados-miembro. Y es precisamente en este área donde están los derechos relacionados con la salud reproductiva y sexual. La falta de autoridad de la Unión Europea para interferir en las políticas sanitarias de los Estados-miembro ha sido confirmada, repetidamente, por la Comisión Europea en sí misma.
Los países se sumaron a la Unión Europea entendida como una comunidad de Estados iguales, soberanos y diversos. Una comunidad basada en los principios de subsidiariedad de la Unión y de respeto hacia los poderes exclusivos de cada Estado.
A fin de proteger estos valores así como los derechos humanos fundamentales, que están siendo socavados por el concepto de “derechos reproductivos y sexuales”, te pedimos que firmes una petición dirigida a los miembros del Parlamento Europeo.
FIRMAR AQUÍ
Los miembros del Parlamento Europeo que nos representan a nosotros, como ciudadanos, deben saber que la sociedad civil no consiente la imposición de un concepto ideológico de “derechos reproductivos y sexuales” en los Estados así como tampoco una interferencia en los poderes de los Estados-miembro reservados por los tratados legislativos.