Hace unos días el INE publicaba un dato curioso, aunque no extraordinario. Es decir, es un dato que más o menos se repite en una proporción semejante todos los años. El dato se refiere al número de personas que mueren en España por suicidio. Los datos corresponden a 2019, por lo que no puede decirse de ellos que presenten algún sesgo excepcional a causa de la pandemia.
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Para empezar, llama la atención lo elevado de la cifra. En 2019, por ejemplo, murieron en España 1.755 personas por accidentes de tráfico, frente a las 3.671 que mueren por suicidio. Compárese además lo que se habla de las unas y de las otras en los medios. De las campañas. O los recursos económicos que se dedican para evitar los accidentes de tráfico frente a los suicidios.
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Las cifras de suicidios también resultan significativas desde el punto de vista del análisis de género, imprescindible para cualquier cosa en estos atribulados tiempos. Por un lado mueren al año 900 mujeres por suicidio, frente a las 55 que mueren por “violencia de género”. No obstante no tenemos ministerios ni observatorios dedicados a esta lacra que representa 16 veces más de muertes de mujeres que la violencia de género. Por otra parte, el 75% de las personas que se suicidan en España son hombres. Claramente esto no es casual. Aquí hay una evidente brecha de género. ¿Por qué se suicidan más los hombres que las mujeres? ¿Cuáles son las causas de esta anomalía estadística? Si el género es una invención cultural y todo es educación, ¿qué está haciendo el gobierno en el ámbito de la educación y la cultura para evitar este autogenocidio masculino? 2.771 hombres muertos al año es 3 veces la cifra de mujeres que se suicidan y 50 veces la cifra de mujeres asesinadas por sus parejas. ¿Cuántos recursos y esfuerzos se dedican a lo uno o a lo otro? ¿O se considera el suicidio una especie de eutanasia particular y por tanto algo relativamente aceptable en la nueva cultura de la cancelación y el descarte?
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Los datos parecen evidenciar algunas cuestiones preocupantes. Que combatir el suicidio, por lo visto, no da votos, o tal cosa parece ante la falta de atención frente a este problema. Que la gente no deja de suicidarse por que suba el PIB, los móviles tengan 5G o las pantallas de TV tengan más pulgadas. Que si en España sólo hubiera mujeres, habría la cuarta parte de suicidios. O que de unos problemas se habla y otros no, o de unos se habla 100 veces más que de otros, lo cual debe responder a intereses ideológicos, mediáticos, electorales o económicos pero a su gravedad objetiva, por los datos que tenemos, ya vemos que no.
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