La aparición de la fundación Memoria y Concordia sigue sin gustarle al Diario de Noticias. Hace unos días el nacimiento de esta fundación merecía sendos artículos críticos de Ibai Fernández y Joseba Santamaría, la artillería pesada de la filial navarra del grupo vasco Noticias. Los títulos resultan bastante expresivos, no digamos los contenidos.
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De algún modo todo resulta bastante irónico en este asunto. O sea, todo lo que afirman Fernández y Santamaría resulta perfectamente reversible contra sus planteamientos. ¿No había que condenar todas las violencias vinieran de donde vinieran y reconocer a todas las víctimas? Si este planteamiento sirve para la ETA, ¿por qué no vale para la Guerra Civil? Si reconocer a las víctimas de la violencia republicana viene a ser un blanqueamiento del franquismo, ¿no es entonces un blanqueamineto de ETA el reconocer a las víctimas de los GAL? Ibai Fernández se pregunta si UPN asumiría el mismo discurso para la memoria de la Guerra Civil que para la violencia de los últimos 50 años, pero la misma pregunta se le podría hacer a Ibai Fernández. ¿Asumiría él aplicar el mismo discurso a la violencia de los últimos 50 años que a la de la Guerra Civil? A la vista queda que no.
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Resulta incuestionable que la izquierda tiene un problema con la memoria y su manera de contemplar a las víctimas según hayan padecido una u otra violencia. Basta con leer los artículos de Santamaría y Fernández para apreciar en sus dos escritos una ausencia notable: la de cualquier referencia a las víctimas de la violencia republicana y de las milicias de extrema izquierda, y sobre todo respecto a los responsables de esa violencia. Esta significativa ausencia, por otra parte, justifica plenamente la necesidad de una asociación como Memoria y Concordia.
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Dice Joseba Santamaría que la historia la escriben los vencedores y que UPN va “de la mano de sectores ultras y nostálgicos del franquismo” con el surgimiento de esta asociación. Por el contrario, el rechazo a la dictadura franquista y a los crímenes cometidos resulta inequívoco por parte de UPN. ¿Se puede decir lo mismo de otros respecto a la violencia nacionalista? ¿Se puede decir respecto a la violencia izquierdista? ¿Qué opinan Santamaría o Fernández de los bombardeos republicanos sobre Navarra, que ellos mismos perfilan como un oásis al margen de los frentes de guerra? ¿Y de todos los religiosos navarros asesinados por las facciones republicanas? Incluso los miles de combatientes navarros que murieron en el frente, ¿murieron luchando contra demócratas? Nadie niega la naturaleza totalitaria del franquismo, no existe un negacionismo de la dictadura franquista, tampoco defensores del terrorismo de los GAL. Lo que sí existe es un discurso justificativo de la ETA, así como en gran medida un negacionismo evidente del discurso totalitario de los partidos del Frente Popular y de los crímenes cometidos por el bando republicano. ¿Acaso fue mejor la retaguardia de los republicanos que la retaguardia del bando nacional? Pero claro, de toda la Guerra Civil a Fernández y Santamaría sólo les interesa lo que sucedió dentro de la muga navarra. Si por otro lado los vencedores escriben (o reescriben) la historia, este principio no se les puede dejar de aplicar a Fernández y Santamaría, que desde hace tiempo representan a los vencedores y a las fuerzas en el poder. Simplemente parece que a Santamaría y Fernández les pone nerviosos poder perder el monopolio del relato de la Guerra Civil. Un relato en el que ellos marcan la ortodoxia y en el que los ultras son los demás. La falta de matices de su discurso invita a pensar que a lo mejor Fernández y Santamaría desconocen la hemeroteca de los líderes del Frente Popular. La izquierda lleva tanto tiempo instalada en el poder político y cultural, ha reescrito tanto por consiguiente la historia en las últimas décadas, que a lo mejor realmente desconocen lo que defendían los comunistas y socialistas no ya en 1936, sino en 1933 y en 1934. La ETA luchaba contra demócratas, Franco no era demócrata, ¿pero eran demócratas los demás? Sea que Fernández y Santamaría ignoran el discurso de la izquierda en los años 30, sea que sabiéndolo no lo rechazan lo mismo que el totalitarismo cuando es de derechas, se verifica que hace mucha falta una asociación como Memoria y Concordia.
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