Hace un par de días publicábamos una carta firmada por los miembros de la junta de Familiae en la que se denunciaba con crudeza el fondo y las formas impositivas de SKOLAE, naturalmente les recomendamos la lectura íntegra de la carta. No obstante, entre todas las cosas dichas en ella llamó nuestra atención una mención inquietante. Se denunciaba la existencia de fichas de trabajo para el programa en las que, por ejemplo, se pide a los alumnos que respondan, “levantando la mano”, a la pregunta “¿a quién les gustaría ser del sexo contrario?”. ¿Realmente SKOLAE incluye este tipo de contenidos?
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Repasando nuestras propias publicaciones al respecto, el hecho es que hemos encontrado en nuestra hemeroteca una noticia de noviembre de 2018 en la que efectivamente aparece tal cual ese contenido con la referencia a la ficha de trabajo correspondiente. Pero recordemos que aquellas fichas eran “secretas”. El contenido no ha trascendido de forma oficial, aunque discreta, hasta que el Departamento de Educación entregó las fichas a Familiae por mediación e indicación del Consejo de Transparencia. Esto sucedió hace sólo unos meses, por lo que cabría preguntarse si ese contenido tan inquietante que estaba en las fichas que se filtraron en 2018 aparece en las fichas oficiales que el gobierno ha entregado tras la intervención del Consejo de Transparencia.
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Pues bien, la respuesta es que efectivamente la ficha sigue allí, que lo denunciado por Familiae es tal cual e incluso todavía más grave si buceamos en los detalles.
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Como puede apreciarse en la ficha con el título “Soy yo, mucho más que un estereotipo”, que a continuación reproducimos, en ella se afirma que “es importante mostrar los estereotipos de género como meramente provisionales y como una etapa en el desarrollo de la personalidad, en la que es indispensable incluir la diversidad de posibilidades de ser “niño” y “niña””. A continuación, se propone una actividad en la que tras debatir sobre lo mejor de ser niño o niña se les indica a los alumnos que DEBEN responder “con los ojos cerrados” y “levantando la mano” a la pregunta “a quién le gustaría ser del sexo contrario”. Como puede apreciarse también en la ficha, esta actividad se dirige a niños con edades de entre 6 y 12 años.
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Lo menos malo que se puede decir de SKOLAE y de todas estas preocupantes actividades de las que el programa se encuentra sembrado, además de que atenta contra el derecho a la intimidad de los alumnos (nadie está obligado a declarar sobre su orientación sexual), es que pretende sembrar y generalizar una absoluta confusión sexual entre inocentes e indefensos niños de 6 a 12 años. Lo que pretende el gobierno sembrando dudas a niños tan pequeños sobre su sexualidad y su género, y en qué manera esta confusión puede ser algo positivo y beneficioso para esos niños, es algo que se escapa por completo al funcionamiento de cualquier mentalidad medianamente razonable. La pregunta es, ¿conocen los padres navarros todos estos contenidos que incluye SKOLAE? ¿Es lo que quieren para sus hijos? ¿Están dispuestos a que estos contenidos se los imponga el gobierno a sus hijos?
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