Hace ahora casi un año el Tribunal Superior de Justicia de Navarra declaró nulo el controvertido programa SKOLAE. La Justicia, sin entrar a valorar los contenidos, anuló la implantación del programa indicando que al integrarse en el currículum escolar como una materia transversal debería haber sido tramitado como un reglamento, en vez de como una mera resolución administrativa dictada por el director general de Educación. Un año y 2.000 euros en costas después es el Tribunal Supremo quien inadmite el recurso del gobierno foral contra la anulación del TSJN.
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El Tribunal Supremo inadmite el recurso del Gobierno foral contra una sentencia del TSJN sobre #Skolae.
Eso lo inhabilita y lo convierte en ilegal. Algo que llevamos defendiendo las familias desde hace muchos meses.
Basta ya de imposiciones ideológicas!! pic.twitter.com/i6Y3Jn3282— Asociación FamiLiaE (@afamiliae) May 12, 2021
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Sin duda la decisión del TSJN primero y del Tribunal Supremo después es una gran victoria jurídica y moral para las familias que acudieron a la Justicia para defender a sus hijos del adoctrinamiento intervencionista estatal. Como poco han conseguido poner de manifiesto la torpeza de los impulsores de SKOLAE, que teniendo la mayoría ni siquiera han sido capaces de aprobar el programa de una forma legal. Obviamente nos encontramos ante un programa desarrollado por activistas y no por juristas. Pusieron más esmero en la propaganda que en la legalidad. Sólo miraron la meta en vez de los charcos legales que no supieron cruzar. Como quien no quiere la cosa los navarros llevamos ya 5 años de gobiernos que constantemente traspasan los límites legales para imponer a los ciudadanos sus obsesiones, su lengua y su ideología, como así lo demuestra un ya largo rosario de resoluciones judiciales.
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Pese a esta apreciable victoria, de hecho, lo previsible es que siga adelante la imposición del plan. Lo que asegura tras la decisión del Supremo el gobierno foral es que SKOLAE «se seguirá impartiendo con normalidad este curso y los siguientes», ya que cuando se tramitó el programa no existía la ley foral de Igualdad entre hombres y mujeres del 2019, que consideran da amparo legal al programa, y por otro lado ya se está redactando un decreto foral de coeducación, tal y como falló el Tribunal Superior de Justicia de Navarra que debería ser la forma en la que se tramitase el programa, por lo que se garantiza la seguridad jurídica a Skolae.
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Desde luego SKOLAE no es más que una batalla en medio de un campo de batalla global. Obviamente la guerra no se gana o se pierde por una decisión judicial concreta aquí o allá. Eso no quita para que las fuerzas que defienden la libertad educativa no puedan saborear la torpeza del tirano y esta estupenda victoria judicial. Hay muchas más batallas que librar y ganar, dentro y fuera del ámbito judicial. Algunas de esas batallas no se ganarán. Las que seguro que se perderán son las que se dejen de librar. La derrota final no ya de SKOLAE, sino de toda la ideología que ideología que subyace tras el programa, resultará sin embargo inevitable. Costará menos o costará más, pero lo que representa SKOLAE se encuentra abocado al fracaso al menos por un buen par de motivos. En primer lugar porque SKOLAE es una imposición y por tanto siempre tendrá enfrente a los defensores de la libertad, los cuales siempre vencerán porque el ser humano es libre y nadie acaba prefiriendo para siempre la sumisión a la libertad. En segundo lugar porque, parafraseando una vez más a los Monty Python, el problema SKOLAE no lo tiene sólo con las familias o con los jueces, lo tiene con la realidad.
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Como apunte final, se podría añadir la exigencia de que los 2.000 euros de las costas de este recurso sin fundamento los paguen de su bolsillo la presidenta Chivite y el consejero Gimeno. Salvo que además de pagar quieran presentar además su dimisión por esta imposición irregular.
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