El Congreso de los Diputados debatirá esta semana una iniciativa de Bildu para decidir si se lleva a cabo un referéndum en Navarra sobre el futuro del polígono de tiro de las Bardenas.
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Concretamente, este jueves los grupos votarán en el Congreso una iniciativa de Bildu reclamando un referéndum entre toda la ciudadanía navarra para decidir «de la manera más justa y democrática» el futuro del polígono de tiro de las Bardenas Reales, que a su juicio debería ser desmantelado.
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El asunto ya fue objeto reciente de debate también en el Congreso entre la ministra de Defensa, Margarita Robles, y la diputada de Bildu Isabel Pozueta. La ministra de Defensa recordó que la zona pertenece a la Comunidad de Bardenas, formada por 22 entidades que en el año 2008 alquilaron su uso al Ministerio de Defensa hasta 2028 a cambio de un pago anual. Entonces, solo una de las 22 entidades se abstuvo en la votación, subrayó rechazando la posible celebración de la consulta.
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Más allá de la recurrente obsesión de Bildu con el polígono de tiro y con echar de la CAV y Navarra a las fuerzas armadas y a los cuerpos de seguridad del estado, lo llamativo en este noticia es la pretensión de celebrar un referéndum para decidir sobre el polígono en toda Navarra. ¿Por qué en toda Navarra?
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Es decir, si por algo se caracteriza el nacionalismo es por limitar a voluntad los sujetos de decisión en las consultas democráticas que exigen. Limitando o ampliando lo suficiente el derecho de decisión siempre sale lo que uno quiere. En último término, de hecho, uno mismo es el sujeto de decisión más reducido. De este modo Cataluña o la CAV tienen derecho a decidir al margen del resto de España, pero los municipios propietarios de los terrenos del polígono no pueden decidir por sí mismos. En este caso el sujeto de decisión tiene que ser toda Navarra. No es como poner ikurriñas, que lo puede decidir cada municipio. Todo según convenga. Decidimos entre todos o sólo los del lugar según el resultado que queramos. En todo caso, mutatis mutandis, resulta curioso ver a Bildu sentando el principio, seguramente de forma involuntaria, de que lo que sucede en Cataluña no puede ser decidido sólo por los catalanes.
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La determinación del sujeto de decisión suele ser la clave de cualquier referéndum. En el caso de la izquierda abertzale y su peculiar concepto de la democracia cuestionar su delimitación del sujeto de decisión siempre ha sido merecedor de la pena de muerte. Tras varias décadas de tiros en la nuca, bombas lapa y decenas de miles de exiliados, el sujeto político le ha quedado a la izquierda abertzale bastante apañado. No obstante, da la impresión de que Bildu no lo tiene muy claro con los congozantes del polígono. Parece que los que viven personalmente el supuesto infierno de convivir con el polígono, que además son los propietarios del terreno, no serían tan fiables en un referéndum como los vecinos de Alsasua, que ni son los propietarios ni han visto un avión de guerra sobre la localidad en su vida.
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