Es posible que las últimas semanas hayan apreciado ustedes una paz y una quietud inusuales en Navarra. En este dorado remanso, se vienen sucediendo las aburridas portadas de los diarios, huérfanas del habitual entrecruzar de descalificaciones entre los líderes de un partido y otro.¿No es ya 22 de enero?¿Dónde están entonces los políticos navarros?
Podría pensarse que se ha declarado el amor universal como prólogo al “desayuno de oración” entre Obama y Zapatero, pero la ausencia de nuestros políticos en las portadas de los medios responde a un hecho bastante más prosaico. Sus señorías, sencillamente, siguen de vacaciones todo el mes de enero.
El artículo 17 del Amejoramiento del Fuero establece que el Parlamento se reunirá en dos períodos de sesiones ordinarias, el primero de septiembre a diciembre y el segundo de febrero a junio. Es decir, que en enero, julio y agosto, en principio el Parlamento está cerrado.
Que el Parlamento esté cerrado, sin embargo, podría alegarse que no significa que sus señorías no estén trabajando. No obstante, si tal fuera el caso, también alguien podría aportar maliciosamente el dato de que el líder del PSN, en estos momentos, está trabajando desde su despacho… en el Caribe. Que el Parlamento esté abierto, por otra parte, tampoco siempre es garantía de que a algún diputado no se le pueda encontrar más fácilmente en una cumbre del Himalaya que en su escaño durante el tiempo ordinario.
Este régimen vacacional extraordinario, no obstante, no parece apreciarse que entre en colisión con la “profesionalización” de nuestros diputados. En el año 2007, dos tercios de los parlamentarios forales se acogieron al régimen de “dedicación exclusiva” dotado con un salario bruto de 52.000 euros. En el PSN e IU son “diputados profesionales” todos sus parlamentarios.
Hace tan sólo unos días, refiriéndose a este mismo hecho, Yolanda Barcina se pronunció a favor de que enero no fuese un mes inhábil en el Parlamento, poniendo como ejemplo que en ese mismo mes “no hay vacaciones lectivas” en el Ayuntamiento de Pamplona.
Entretanto, la actual relación salario-vacaciones de nuestros diputados parece un fenómeno bastante portentoso.