Las encuestas son peligrosas. La demoscopia en la actualidad es, antes que cualquier otra cosa, el arte de usar las encuestas como herramienta no para prever los resultados futuros, sino para influir sobre ellos. Hay que tener mucho cuidado por tanto con la avalancha de encuestas que se están publicando, en general favorables o muy favorables para el centro derecha, incluso las encargadas por medios de la izquierda o la ultraizquierda. Hay un motivo para esto más allá de que, a lo mejor, los resultados sean reales y las encuestas coincidentes, en realidad cuatro motivos.
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La constante publicación de encuestas con resultados favorables al centro-derecha puede tener al menos 4 efectos indeseados.
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1- Desmovilizar por exceso de confianza a los propios votantes.
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2- Movilizar por temor a la derecha a los votantes rivales.
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3- Elevar exageradamente las expectativas de Ayuso o de Monasterio para vender como un mal resultado cualquier resultado por debajo de esas expectativas exageradas, incluso un buen resultado.
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4- Bajar las expectativas de la izquierda para vender como un buen resultado cualquier resultado por encima de esas expectativas, aunque sea un mal resultado.
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De algún modo podría pensarse que tanto da que las encuestas que prevén un buen resultado para el centro-derecha sean ciertas o falsas de cara a implicar los riesgos descritos. Contra estos riesgos, la única defensa es tomar conciencia de ellos. Todo esto lo estamos diciendo ahora respecto a Madrid, pero en realidad son consideraciones válidas respecto a los peligros del triunfalismo en cualquier tiempo y lugar.
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Alguna de las encuestas que se están publicando resultan tan favorables a Ayuso que la dejan al borde de la mayoría absoluta sólo con los diputados del PP, sin tener que contar ni siquiera con VOX. Desde este punto de vista, si de lo que se trata es de frenar a VOX e impedir su influencia en el futuro gobierno, a lo mejor el votante madrileño izquierdista debería plantearse votar a Ayuso para darle la mayoría absoluta e impedir la entrada en el gobierno madrileño de VOX. El votante de derechas, por su parte, lo que debe evitar es una fuga de votos al PP tan intensa que deje a VOX por debajo del 5% de representación. Más allá de esta hipótesis, además, el hecho es que la existencia de VOX sirve para fijar la posición del PP. El votante de centro-derecha lleva décadas observando cómo el PP, incluso cuando gobierna con mayoría absoluta, practica políticas continuistas y renuncia en gran medida a su propio programa y a su propio relato. La existencia de VOX obliga al PP, por un lado, a recordar sus valores para no sufrir una sangría electoral por su fanco derecho, y por otro y ya una vez en el gobierno establece una interdependencia en la que VOX de algún modo actúa como un centinela.
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Hablando de posibles exclusiones, de momento (desde el aterrizaje de Pablo Iglesias) ninguna encuesta deja a Podemos fuera de la Asamblea de Madrid por no alcanzar el mínimo del 5% exigido, pero sí que hay algunas que lo van acercando y sobre todo marcando una peligrosa tendencia descendente para el partido morado. Como aliciente electoral para el votante de centro derecha, por tanto, no sólo está el acariciar la idea de derrotar a la izquierda y dejar a Pablo Iglesias en la oposición después de haber abandonado la vicepresidencia, sino la de mandarlo a su casa. Lo que sucede es que no podemos caer en la trampa que estamos describiendo y esperar que las cosas sucedan sólo sentándonos a contemplar cómo pasan, en vez de hacer que sucedan.
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