Recurrir en estos días a la hemeroteca podría ser considerado un acto de crueldad, así que hemos tenido la curiosidad de repasar nuestra propia hemeroteca a ver si pasábamos la prueba. Sorpresa, lo que no podían saber de ninguna manera el gobierno, sus “expertos” y sus altavoces mediáticos podía saberlo un humilde confidencial, sólo con un poco de sentido común. La prueba es lo que NC publicaba hace ahora justo un año, el 5 de marzo de 2020, en relación a la situación y a la inminente celebración del 8M.
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“Fuera de China los contagios no hacen más que crecer de forma exponencial. En la propia España ya se cuentan por cientos. En Italia por miles. La lógica invita a pensar que un brote de este tipo se puede contener cuando los afectados todavía son un puñado. Cuando son cientos o miles de infectados, que hasta hace unos días han estado interactuando con otros cientos o miles de personas, que a su vez están interactuando ahora mismo con otros cientos o miles de personas, sólo se puede ser pesimista respecto a las oportunidades que caben de evitar la pandemia”.
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Todo lo anterior nos lleva las crecientes noticias que llegan de todo el mundo respecto a la cancelación de eventos deportivos, salones automovilísticos, conciertos, salones de turismo. El Parlamento Europeo, Disney, los museos, hasta los colegios se empiezan a cerrar por el temor al contagio. ¿Qué está haciendo España a todo este respecto? Queremos pensar que si no se están empezando a establecer restricciones ahora tampoco se tomarán dentro de unos días o unas semanas, porque tiene mucho más sentido establecerlas ahora que dentro de días, no digamos semanas, cuando los afectados probablemente se cuenten por miles, lo que nos lleva al gran acontecimiento de masas que se prepara próximamente en España: la manifestación feminista del 8M.
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Decíamos que el momento de empezar a establecer restricciones seguramente fue ayer, pero mejor hoy que mañana si es que se tienen que establecer. Mejor que el día 5 que el día 9. Pero claro, eso implicaría suspender la gran manifestación feminista por lo que podemos estar asistiendo a un conflicto entre los motivos médicos y los motivos políticos para suspender la manifestación. Siendo evidente ya el riesgo de propagación, se puede asumir sin embargo que a lo mejor ciertas restricciones a estas alturas no servirían para nada. Y a lo mejor es verdad. Y si no sirven para nada mejor no ponerlas. Pero lo que no tendría sentido sería empezar a ver que esas restricciones se empiezan a aplicar a partir del día 8, cuando el sentido de esas restricciones es aplicarlas cuanto antes para contener la propagación. Ver algo así nos haría pensar lo peor.
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Las conclusiones que se podrían sacar de todo lo anterior parecen bastante evidentes, por lo menos estas dos:
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1- No hacía falta ser un genio tal día como hoy hace un año para ver la que se nos venía encima.
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2- Si las medidas que era evidente que había que tomar urgentemente no se tomaban antes del 8M, sino que se esperaba hasta después, había que pensar del gobierno absolutamente lo peor.
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Pues bien, todos sabemos ya lo que pasó.
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Confinar siete días antes habría evitado 23.000 muertes en la primera ola, según un estudiohttps://t.co/dO2dTx76Zz
— Cadena SER (@La_SER) February 20, 2021
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A la vista de lo sucedido, no se puede concluir otra cosa sino que la gestión de la pandemia del PSOE y Podemos ha sido catastrófica. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias son los peores gobernantes de la historia de la democracia española.
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Un año después Podemos todavía quería celebrar el 8M como si nada. Esto sólo puede querer decir dos cosas.
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Son unos psicópatas.
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Tienen la necesidad de volver a celebrar el 8M como el año pasado tratando de demostrar que el año pasado no se equivocaron.
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En todo caso, lo que vemos es que el año pasado celebraron el 8M sabiendo perfectamente la situación que existía y las consecuencias que tendría. Es decir, si este año sabiendo lo que hay aún quieren celebrarlo, es evidente que no estaban menos chalados el año pasado.
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Así y todo, y aunque esto puede resultar un tanto sorprendente, nos parece bien que quieran celebrar el 8M este año.
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O sea, nos parece bien que quieran celebrarlo en la medida en que en esta situación es posible celebrarlo, con todas las limitaciones y medidas de seguridad aplicables al caso. Que se manifiesten si quieren, pero como han tenido que hacerlo todos los demás, organizando caravanas de coches, con mascarillas, con globos y con todas las restricciones que ha tenido que soportar toda la población que durante el estado de alarma ha necesitado protestar. En realidad resulta ridículo que Podemos, como parte que es del gobierno, se queje ahora de las restricciones y limitaciones impuestas por el gobierno, o que pretenda aplicar unas normas diferentes para ellos.
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A la expectativa de ver en qué queda el 8M, escuchando a Irene Montero da la impresión de que prefieren no hacer nada a hacer sólo lo que se pueda. Todo o nada. Por un lado, cualquier celebración del 8M restringida pondría de manifiesto por contraste la insensatez del 8M del año pasado, en el que se contagiaron la vicepresidenta Calvo, la ministra Darias, la mujer de Pedro Sánchez o la propia Irene Montero. Por otra parte, no celebrando nada pueden intentar vendernos el discurso de que están sufriendo una feroz represión gubernamental. Ellos son el gobierno pero a qué simpatizante de Podemos le importa a estas alturas la realidad.
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Hablando de represión, otra ventaja de renunciar por completo al 8M y hacerse las víctimas a estas alturas es que de este modo, y aquí está lo más preocupante, puede que se estén tratando de cargar de legitimidad para reprimir cualquier futura movilización contra el gobierno. Si se ha prohibido hasta el 8M, se puede prohibir absolutamente todo. Sería el reverso de para no cancelar el 8M había que permitirlo todo.
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