Es probable que alguno de ustedes piense que nos hemos pasado con el titular; pero no, la que últimamente viene pasada de vueltas es la actualidad, como verán a continuación. De hecho hemos ceñido el titular tanto como ha resultado posible a la realidad.
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Como seguramente a estas alturas sabrán ya muchos de ustedes, nada menos que el Foro de Davos se ha marcado como uno de los objetivos para su agenda 2030, además de que seamos felices sin ser propietarios de nada, que la humanidad reduzca drásticamente el consumo de carne. Uno de los destacados profetas del nuevo orden mundial y de Davos, Bill Gates, ha llegado a pedir durante los últimos días, en nombre del cambio climático, que los habitantes de los países ricos comiencen a comer carne sintética. Uno podría pensar que terminar comiendo carne sintética sería el resultado de acabar con la naturaleza, pero parece que es lo que nos van a ordenar hacer para salvarla.
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Si piensan que la cosa tiene mala pinta todavía no han visto nada. Investigando un poco las propuestas de Gates, nos hemos encontrado con este proyecto para beber heces y orina reciclada. En la imagen Bill Gates poniendo a prueba su paladar y su invento.
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A la vista de lo que últimamente vemos hacer a algunos personajes, podríamos concluir que los empresarios son gente maravillosa cuando se dedica a ganar dinero, pero cuando se dedican a intentar salvar al mundo pueden ser un peligro. De todos modos tampoco es fácil saber a qué atenerse con el señor Gates, inventor de Windows. Otra noticia indica que Gates se dedica ahora también a fabricar hamburguesas veganas. A la luz de esta noticia a lo mejor no hay conflicto sino una sospechosa e interesada correspondencia entre el discurso de Bill Gates pidiendo el fin de la carne y su negocio vegano.
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En todo caso, las noticias sobre Gates y el Foro de Davos nos anticipan un futuro en el que comeremos gusanos, carne sintética y hamburguesas veganas, las cuales intentaremos trasegar al estómago empujando un poco con heces líquidas recicladas. Añadiendo que no seremos propietarios de nada, no tendremos dinero físico, no podremos conducir y tendremos las cuentas en las redes sociales censuradas, nos está quedando un mañana delicioso, dirigido por estos señores tan simpáticos. Obviamente este no es un artículo sobre informática, pero ayuda a explicar por qué el futuro puede que no funcione mejor que Windows. El problema es que todo esto no parece una profecía sino un plan. Este futuro no es el que temen sino el que quieren. La cuestión es a qué clase de mentiras, amenazas y lavados de cerebro nos van a someter hasta 2030 para que todo este horror lo abracemos con felicidad. Algo nos dice que un grupo de iluminati no pretende tomarse la molestia de hacerse con el control del mundo para comer ellos también gusanos y beber orina reciclada, como le proponen a su rebaño. También puede que nos estén midiendo. A ver hasta dónde llegamos sin rechistar antes de decidir que lo que nos hace felices de verdad es quemar Davos, tener cosas en propiedad y comer chuletón.
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