La vacuna ha llegado a la Navidad cual mesías laico, con la bendición de Herodes y en portada del Roma Today. Al gobierno le ha faltado tiempo para pegar la pegatina de “Gobierno de España” en la única caja que ha llegado de momento con vacunas. A los presidentes autonómicos del PSOE les ha faltado tiempo también para reaparecer en la calle tras 9 meses y hacerse la foto en las puertas de las residencias donde ha comenzado la vacunación. Al departamento de publicidad y propaganda del gobierno le da igual que la vacuna la haya desarrollado una multinacional estadounidense o que la haya comprado y distribuido la UE. En todo caso todo el mundo parece tras tantos meses de angustia aquejado de una cierta paralización del juicio crítico, y no sólo por todo lo dicho.
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Un primer elemento de preocupación es la velocidad de la vacunación. Cuando pasamos de las fotografías a los números, nos encontramos con un ritmo de vacunaciones alarmantemente bajo. Se nos dice que las comunidades autónomas irán recibiendo lotes semanales de 350.000 vacunas de Pfizer-BioNtech durante 12 semanas, y que durante la primera fase de vacunación, que se prolongará todo el primer trimestre y en la que la prioridad serán los ancianos que vivan en residencias y el personal sanitario, España recibirá 4.6 millones de dosis. Como hacen falta dos dosis para alcanzar el máximo grado de inmunidad, sólo protegerán a 2,3 millones de españoles. O sea, aproximadamente el 5% de la población. Es decir, si hace falta un trimestre para vacunar al 5% de la población, harían falta 20 trimestres, 5 años, para vacunar al 100% de la población. Según el INE, los mayores de 65 años en España son casi 9 millones de personas. Al ritmo del primer trimestre, haría falta un año entero sólo vacunar al segmento clave de población en esta pandemia. Es probable que más adelante haya más vacunas, como la de Moderna, y más dosis, pero de momento las cifras no son como para que el gobierno ni la UE puedan presumir. Hay de todos modos algunos factores preocupantes más que considerar.
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Por lo que se ha publicado, el gobierno rechaza que la sanidad privada pueda participar en la campaña de vacunación. Es decir, la velocidad de vacunación depende del número de vacunas disponibles y de la capacidad del sistema sanitario para dispensarlas a la población. Pues bien, al menos en este sentido el gobierno está dispuesto a que la campaña de vacunación sea más lenta pero pública. La ideología de este gobierno una vez más por delante de la salud.
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Otro elemento preocupante y cuestionable es que la UE haya determinado que la vacuna se va a repartir entre todos los países a partes iguales en proporción a su población. Puede que sea el criterio más socialista e igualitario, ¿pero es el más lógico? Es decir, alternativamente se podría pensar que un criterio más razonable sería mandar más vacunas donde hay mas contagios y mas muertos. Quizá es mucho mas urgente vacunar a la población española que a la noruega, donde proporcionalmente hay 14 veces menos de muertos. Si fuera una guerra, no tendría tampoco lógica ninguna mandar tropas por igual a todas las fronteras, en vez de al lugar donde estaba teniendo lugar la batalla. Las tropas hacen falta más en el sitio donde está la guerra y donde el enemigo ataca con más fuerza. De frontera española para adentro, seguramente tampoco tiene sentido que haya la misma proporción de vacunas para Madrid que para Canarias.
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Otro criterio interesante podría ser el de la edad media de la población. Sabemos que este virus mata más a los más viejos. Los países más envejecidos quizá debería tener por tanto mayor prioridad para recibir la vacuna. No obstante, en el caso de Europa casi todos los países están basntante envejecidos y no hay diferencias demasiado abismales entre ellos. Volviendo sin embargo al punto anterior, Alemania tiene casi el doble de población que España, por lo que recibirá casi el doble de vacunas, aunque incluso con los datos truchos del gobierno español tiene casi la tercera parte de mortalidad. El criterio de igualdad ante situaciones desiguales a lo mejor es no es el más lógico, aunque sea el más izquierdista, pero en todo caso es el que, casualmente, más conviene a Alemania y otros países con menos contagios. ¿Qué criterio ha defendido el Gobierno de España si es que ha pintado algo en la decisión de adoptar este criterio de población en vez de afectación?
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El gobierno de España se ha dado mucha prisa en poner pegatinas, colgarse medallas y hacerse fotos, como si la realidad no fuera tan maravillosa como pronostican las encuestas, pero los datos y los hechos invitan a pensar que también la campaña de vacunación presenta muchas incertidumbres y muchas aristas.
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3 respuestas
¿Y si todo fuera un plan para que nos apeteciera vacunarnos?
Porque mis dudas están en si está suficiente probada o si esto no es más que un experimento caro en vidas y din€ro.
Según tengo entendido, una de las razones por la cual un medicamento tarda dos o tres años en ser autorizado para suministrarlo a la población, es asegurar que no aparecen graves efectos secundarios en ese periodo de tiempo. Pues bien, ¿se puede asegurar esa ausencia de efectos dañinos si se ha reducido de forma tan considerable el tiempo de espera?.
Soy profano en la materia, por eso sería de agradecer alguna aclaración al respecto por parte de alguien que realmente conozca el asunto. No digo experto, que para eso ya tenemos a Simón y sus mariachis.
Me refiero a la vacuna anti-covid, claro.