Quiera que no, al PSN le ha estallado el caso Ayerdi en las narices. Por supuesto le ha reventado en la cara por su propia torpeza, aceptando que siguiera siendo consejero con la mochila de Davalor a sus espaldas. Esa fue la primera torpeza de Chivite. La segunda torpeza es no haberlo cesado de inmediato. Para empezar porque es lo que establece la ley, pero en todo caso porque es lo más inteligente políticamente. Es decir, el PSN hubiera tenido ahora la posibilidad de presentar la cabeza de Ayerdi como la prueba de que las cosas han cambiado en la Diputación de Navarra, que la regeneración ha llegado a palacio, que hay otro estilo de gobierno, que los estándares éticos han subido. Por el contrario, el PSN ha cerrado filas en torno a Ayerdi ofreciendo la impresión exactamente contraria: aquí no hay regeneración ninguna, la vara de medir cambia por completo cuando el afectado es de los nuestros, todos los políticos son iguales, esto es más de lo mismo.
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Si Chivite hubiera cesado a Ayerdi, inmediatamente hubiera creado un cortafuegos en este asunto. Un asunto que además podía endosar fácilmente a Geroa y a Barcos. Para el PSN Ayerdi es una figura totalmente prescindible. Liquidando a Ayerdi no es sólo que Chivite hubiera evitado cualquier salpicadura, sino que hubiera ganado puntos ante la opinión pública. El PSN, sin embargo, respaldando a Ayerdi ha venido a decidir que este incómodo asunto pase ahora a estar quién sabe durante cuánto tiempo bajo el foco mediático. Lo que no hubiera tenido ningún interés si se hubiera convertido en un asunto privado de Ayerdi como ex-consejero, ahora va a ser un dolor de cabeza constante para Chivite. No sólo es por tanto que mantener a Ayerdi mantiene los penosos estándares éticos de otros casos y otros momentos, sino que desde el punto de vista político no es inteligente ni lógico.
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El gobierno y sus socios tratan de agarrarse al argumento de que Ayerdi en realidad todavía no es un investigado, y que dimitirá en cuanto se convierta en investigado. Lo cierto es que este argumento no tiene sentido. En el momento en que el Supremo emite un auto abriendo una causa Ayerdi ya pasa a ser investigado. El PSN nos intenta vender la moto de que el Supremo tiene que investigar a Ayerdi para ver si tiene que ser investigado. La lógica de este argumento, al final es lo que hay, está a la altura de los portavoces que ahora mismo tiene el socialismo navarro.
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El prestigioso abogado Eduardo Ruiz de Erenchun arrojaba un poco de luz sobre este asunto haciendo la pregunta de qué es ahora mismo Ayerdi si no investigado. ¿Encausado? ¿Condenado? ¿Allegado? Aunque sólo sea por exclusión, parece bastante innegable que sobre la cabeza de Ayerdi hay unas luces de neón flotando en las que pone “investigado”.
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Obviamente todo esto no prejuzga, como bien dice Erenchun, que Ayerdi vaya a ser condenado o absuelto. Lo que sucede es que ni Ayerdi ni el gobierno tienen nada que ganar con todo el proceso. O sea, para Ayerdi la cosa quedará en dilucidar si además de haber sido torpe ha cometido un delito. Para el gobierno, el proceso significa meses o años debatiendo si Ayerdi es investigado o escaqueado, si el pantapartito actúa hipócritamente, si lo que suceda con Ayerdi salpica a Chivite… La única forma que tiene el PSN de ganar el debate es evitando el debate y, pudiendo hacerlo, ha decidido comérselo.
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Por otro lado, cuidado con todos los elogios y notas de apoyo que está recibiendo Ayerdi. Todo el mundo está dando por hecho que asistimos a un cierre de filas en torno a Ayerdi. Como si no conociéramos a nuestros políticos bienamados. Tanto elogio empieza a sonar sospechoso. No sería la primera vez que un elogio vibrante es lo último que escucha un entrenador de fútbol o un responsable político justo antes de ser decapitado por el mismo que le estaba elogiando.
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