Dicen que uno de los métodos desarrollados por Goebbels, el jefe de propaganda nazi, era el de saturar de noticias a los rivales políticos. Un escándalo al año es letal. Con un escándalo al año a lo mejor el político afectado tiene que aguantar que todo el año se está hablando de su escándalo. Su imagen irá unida a la del escándalo. Por el contrario, si se producen 20 escándalos al día es imposible que la opinión pública focalice su indignación. En una semana la opinión pública, de hecho, ya ni es capaz de recordar todos los escándalos de la semana anterior. Lo mismo pasa con todas las decisiones polémicas o controvertidas que se toman. Resulta imposible seguir 10 debates a la vez. A lo mejor el ideólogo de esta estrategia no fue Goebbels, pero desde luego el actual gobierno la practica con auténtica devoción.
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Este gobierno es en realidad capaz de ir mucho más allá y, por ejemplo, subir el IVA a los pobres diciendo que sube el IVA para favorecer a los pobres. Después pasa a aprobar otras 17 medidas que sepultan en el olvido la subida del IVA a los pobres. Naturalmente las otras 17 medidas también perjudican a los pobres y a todo bicho viviente, pero todas ellas las anuncia con absoluto cinismo como medidas que favorecen a los pobres. Al cabo de un mes los titulares de los medios afines, casi todos, son que el gobierno ha aprobado no menos de 200 medidas para favorecer a los pobres. Si no eres un pobre extraordinariamente preocupado por la realidad cada día serás más pobre, pero pensarás que estos es así a pesar de todas las medidas que el gobierno aprueba constantemente para ayudarte.
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El escándalo de las mascarillas con su IVA del 21% como los artículos de lujo, por ejemplo, resulta ya tan indisimulable que hasta en maldita.es ya lo señalan como una mentira del gobierno.
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El gobierno, que no prevé recortar ningún gasto superfluo de la administración ni balancear entre el sector privado y el público los esfuerzos para hacer frente a la crisis, promueve en relación al IVA otras medidas llamativas como subir el IVA a las bebidas azucaradas, la hostelería, el sector del ocio o el mundo de la cultura. Significativamente, estudia subir el IVA de los libros al 21%.
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Leer libros es una cosa de ricos que debe ser penalizada fiscalmente
Lo que les falta en este momento a sectores como la hostelería o el ocio es una subida del IVA. El gobierno, sin embargo, alega estudios indicando que los lectores de libros son personas de rentas altas. O sea, que subir el IVA a los libros es subir el IVA a los ricos. Esperemos que no sea que la gente que lee tiende a tener rentas más altas, porque entonces los pobres seguirán siendo pobres. En cualquier caso parece que de lo que se trata es de que los españoles lean ahora menos libros que con otros gobiernos menos progresistas.
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Todos recordamos el escándalo que el cine español le montó al PP con el IVA del cine. Parece sin embargo que el concepto de «Cultura» para el gobierno resulta resbaladizo y difuso. El cine español es mimado por el gobierno no porque sea cultura, sino porque es activismo cultural afín al gobierno. La cualidad cultural de los libros, por el contrario, resulta innegable, pero por otro lado incontrolable. El 90% de todo lo que produce el cine español puede llevar el sello con el nihil obstat del gobierno, ¿pero cómo controlar el infinito campo del mundo del libro? Además, ¿quién va a protestar por la subida del IVA del libro? ¿Acaso hay una Gala de los Goya para los libros? ¿A quién le queda además tiempo para ver los aló presidente de Sánchez si está dedicado a leer libros? Y peor aún, ¿y si las librerías tienen el peligro de hacer más libre a la gente como bien sabe el socio más imprescindible y favorito de nuestro querido gobierno?
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