Los datos de paro registrado publicados el viernes en Navarra, como en el conjunto de España, desataron una cierta euforia en nuestras instancias gubernamentales. ¡El mejor dato en 20 años! A primera vista cualquiera podría pensar que estamos en una situación laboral maravillosa.
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El truco de los datos del paro es con qué los comparamos. ¿Con los meses pasados? ¿Con septiembre pasado? ¿Con la creación de empleo en septiembre pasado o con el paro que había en septiembre pasado?
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Pongamos algunos números a lo que estamos diciendo.
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Podemos decir, por ejemplo, que el paro registrado en Navarra en septiembre bajó en 825 personas.
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Podemos decir también que el paro registrado en Navarra en septiembre del año pasado bajó en 646 personas.
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Pero podemos decir también que en septiembre del año pasado había 30.437 parados y que el septiembre de este año nos ha dejado con 38.145 parados. ¿Euforia? ¿En serio?
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Todavía deberíamos afinar un poco más el dato porque resulta que en septiembre todavía había en Navarra a 4.738 trabajadores en situación de ERTE. Si sumamos los parados a los trabajadores en ERTE, tenemos a 42.883 trabajadores fuera de juego frente a los 30.437 del año pasado.
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Para hacernos una idea de la magnitud del batacazo, si nos remontamos a septiembre de 2015 observamos que entonces había 41.243 parados, o que cuando Uxue Barcos tomó posesión había en Navarra 42.230 parados.
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Es decir, la crisis económica derivada de la pandemia se ha llevado por delante en 7 meses todo el empleo creado durante el mandato de Chivite más todo el empleo generado durante la legislatura del cambio. O sea, que resulta un tanto extravagante estar eufórico y presumir de que el dato de septiembre es el mejor en 20 años. Por lo demás es muy fácil de entender por qué el dato de septiembre es el mejor en 20 años. Esto es como si en enero del año 1 el valor de tu casa crece de 100 a 102, en enero del año 2 baja de 102 a 25, y en el año 3 sube de 25 a 50. Una forma de verlo es que el año 3 ha sido maravilloso y que se ha asistido a una subida excepcional. Otra forma de verlo es que tu casa vale menos de la mitad que en el año 1 y la gran subida es tan sólo el rebote de una caída excepcional. Juzgue cada cual aplicando todo esto a la situación laboral de Navarra lo que le parece más real.
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Consideremos por otro lado lo que quizá a estas alturas resulta lo más preocupante de todo. En otras ocasiones, tras una crisis, Navarra seguía siendo un lugar atractivo donde invertir. Ya fuera en la propia Navarra, en el resto de España, en Europa o el conjunto del mundo, allá donde alguien tuviera una idea y un capital que invertir Navarra era un territorio atractivo al que venir. Por el contrario, ahora es un infierno fiscal, un infierno jurídico y un infierno político que nos convierte más bien en un sitio a evitar.
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