El pronóstico más negro: la banca zombie.
Aunque parezca extraño, a veces se puede convertir en noticia señalar lo obvio. En este sentido, subrayar que la fusión “fría” de la CAN con Caja Canarias llega en medio de un tsunami financiero no es sino la descripción de un hecho. Cabe pensar, por tanto, hasta qué punto se trata de una extraordinaria casualidad o si hay una relación causal entre la fusión de la CAN y el Hiroshima financiero. Para mayor desconcierto, envueltos en un halo luminoso, los bancos y cajas españoles presentan en medio de la crisis magros beneficios. No obstante, ello no ha impedido que haya resultado preciso inyectar liquidez en el sistema a través del Fondo de Adquisición de Activos Financieros. En realidad, no han sido pocos ni poco relevantes quienes, en voz moderadamente baja, han advertido de que el sistema financiero español no estaba reconociendo la situación real de sus activos. El informe más catastrofista hasta la fecha sobre el sistema financiero español ha sido el elaborado por la firma Variant Perception, asegurando que la burbuja inmobiliaria española es la madre de todas las burbujas y que los bancos españoles, al igual que sucedió en Japón tras su particular burbuja de los noventa, acabarán convertidos en “bancos zombies”. Huelgan explicaciones adicionales ante un nombre tan sobrecogedoramente descriptivo. La “fusión fría” de la CAN, por tanto, se incardina en este extraordinario momento financiero. En algún punto indeterminado del espectro luminoso entre el rosa y el negro.
«Si no es con el SIP es imposible».
Así rezaba un editorial del diario El Economista, el cual aseguraba que «el Banco de España acepta las fusiones frías como única fórmula para saltarse los intereses regionales» de cara a la aprobación de las fusiones de las cajas de ahorros. Y es que la figura de la SIP (Sistema Institucional de Protección) o “fusión fría”, adoptada por la CAN y Caja Canarias, incluye entre sus principales virtudes precisamente el de no ser una fusión stricto sensu. De esta manera se evita que las comunidades autónomas, como sería en el caso de una fusión, puedan establecer un veto. Se trata por tanto, de hecho, de la única manera de sacar adelante las fusiones que demanda con urgencia el sistema financiero. Hace poco más de un mes el mismísimo gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, declaraba abiertamente al Financial Times que creía que “hay al menos 15 cajas de ahorros que deberían unirse con otras”. El calado de estas declaraciones se entiende perfectamente si tenemos cuenta que hay en España 45 cajas de ahorro.
La CAN se convierte en un modelo.
En este sentido, no cabe sino reconocer el liderazgo pionero de la CAN al que poco a poco se van sumando otras entidades. La SIP planeada por Caja Navarra, por un lado, refuerza su posición pero evitando una absorción. Por otra parte, reúne a otras cajas de menor tamaño que la propia CAN, lo que garantiza una situación de predominio dentro del grupo. Además, agrupa entidades con un ámbito territorial muy diferenciado, lo que dispersa el riesgo y evita el solapamiento. De este modo se evitan cierres de sucursales y despidos. Finalmente, presenta el conjunto en el sugerente envoltorio de la “Banca Cívica”, un exitoso modelo que a toda prisa intenta copiar el resto.
Un comentario
Muy interesantes estos artículos de economía, de ecología, etc.. en los quelos medios impresos no entran, ignoro si para no incordiar a sus lideres de opinión, anunciantes…. intereses políticos.
Desde luego que este año va a ser terrible, para la banca (que tiene que ir pagando los 300.000.000.000 euros que debe el país, que es el precio de la fiesta que hemos vivido estos añitos) y sobre todo, para los malvados empresarios y autónomos de este miserable país.