El brote de contagios que está teniendo lugar en Peralta ha determinado al Gobierno de Navarra a decidir una regresión a un estado de confinamiento equivalente a una Fase 2 restrictiva. La decisión podría haber sido acogida con una cierta neutralidad expectante si no fuera porque, poco antes, los mismos partidos que sostienen el Gobierno de Navarra, que decide el confinamiento de Peralta, habían entrado en brote a causa de las medidas de confinamiento decididas por Ayuso en varias zonas de Madrid Sur.
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La estrechez de miras políticas de partidos como el PSOE y Podemos les coloca ahora frente a un espejo en que les resulta más que complicado mirarse con una cierta coherencia. ¿Van a convocar manifestaciones frente a sus sedes para protestar por la “segregación” de Peralta? ¿Van a explicar que este confinamiento también es un castigo de los ricos contra los pobres? ¿Cómo van a explicar el PSOE y Podemos en Madrid que con sus políticas y ellos en el gobierno no habría confinamientos? Lo de los confinamientos es llamativo porque hace unos meses, cuando una zona protestaba por haber quedado atrás en la desescalada, le acusaban de estar poniendo la economía por encima de la salud los mismos que ahora protestan contra las regresiones en la desescalada. Y de esto de Peralta, ¿qué piensa el Drogas que ayer defendía la rebelión social en Madrid?
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El alcalde de Peralta, Juan Carlos Castillo, para más señas pertenece a la agrupación independiente UPEI (Unión Peraltesa de Izquierdas), En el Ayuntamiento de Peralta, para que todos nos situemos, está Navarra Suma con 6 concejales, la UPEI con otros 6 y el PSN con 1. La UPEI ostenta la alcaldía con el apoyo del PSN. O sea, aquí ni siquiera se puede trasladar ideológicamente la responsabilidad desde el Gobierno al Ayuntamiento.
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Lo que está sucediendo en general en Navarra contradice también bastante el discurso de que los contagios crecen en tal o cual sitio por culpa de los recortes o las políticas del PP. De hecho, Navarra es la tercera comunidad española en gasto sanitario por habitante y sin embargo somos la segunda tras Madrid que está teniendo más crecimiento de los contagios en este momento. Para ser preciso 3 de las 4 comunidades con más contagios en este momento (Navarra, Aragón y Castilla la Mancha) las preside el PSOE, pero hablemos sólo de Franco y de Madrid, que por otro lado es la capital, la comunidad más densamente poblada y la puerta de España al exterior. Como estamos ante un problema de gestión y no de gasto, comunidades como Andalucía, con el menor gasto sanitario por habitante de España y a mucha distancia del navarro, ostenta sin embargo desde el comienzo de la pandemia unos números mucho mejores que los nuestros. Por cierto, la Andalucía heredada de los gobiernos del PSOE y Podemos es la que menos gasto por habitante tiene de España, no Madrid, y eso que Madrid tiene que pagar su sanidad y parte de la de Andalucía y otras regiones en virtud de la resdistribución presupuestaria de la recaudación. Todo ello por no mencionar que países como Portugal o Grecia también tienen mucho mejores cifras de contagios y fallecidos que nosotros con mucho menos gasto sanitario por habitante, pero mucho mejor gestión de la pandemia.
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Es un engaño hablar del gasto sanitario cuando lo que ha fallado clamorosamente es la gestión de la crisis. Si se falla totalmente en la gestión del problema, todo gasto es poco. Ningún gasto puede compensar una gestión desastrosa. Cuando las bolsas mundiales llevaban semanas desplomándose y otros países tomaban medidas «muy drásticas», aquí el empeño era negar la pandemia para celebrar a toda costa el 8M. Y como no se podía suspender todo menos el 8M, pues no se dejó de celebrar ningún acto de masas (partidos, mítines, conciertos) hasta pasado el 8M. Venimos arrastrando ese pecado original en el número de contagios desde el principio.
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A todo ello habría que añadir las posteriores políticas erráticas de aplicar las cuarentenas al revés de lo que indica la lógica o recomendar a la población durante todo el pico de la pandemia que no se usara la mascarilla. Tampoco está de más recordar que si faltó material no es por ningún recorte, ya que ningún stock ordinario hubiera podido dar respuesta al brote, sino porque antes de producirse nuestro gobierno valoró erróneamente que no iba a hacer falta más material que aquel con el que ya se contaba para la gripe. Por tanto nada se compró con antelación de todo lo que luego faltó.
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La conclusión bastante obvia de la que no podemos dejar que nos distraiga el bombardeo de propaganda gubernamental es por tanto que aquí lo que ha fallado completamente para explicar nuestra situación es la catastrófica gestión. Ya saben, salir a la calle con mascarilla es como jugar con un casco de rugby al ping pong. Qué gran tema podría tener el Drogas, si no estuviera con los cataplasmas, para componer una buena canción.
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