La fusión de Caixabank y Bankia, celebrada con fuertes subidas de ambas empresas en la bolsa, son una buena o mala noticia según se mire. Para Podemos, por ejemplo, es una mala noticia porque se diluye la participación del estado en el nuevo y mayor banco resultante lo que aleja la posible creación de una banca pública. Para los accionistas e inversores puede ser una buena noticia, por los motivos que expondremos más adelante, y para los empleados seguramente es un movimiento que pone en riesgo su puesto de trabajo, al menos en el caso de muchos de ellos.
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¿Por qué suben en bolsa las acciones de CaixaBank y Bankia? ¿Qué tiene de bueno la fusión para sus beneficios? ¿Acaso 2 + 2 0 3 + 1 no son siempre 4? ¿Valdrá más el banco resultante que la suma de las partes? En el caso de esta fusión dos parecen ser los mayores motivos para pensar que 2 y 2 pueden ser un poco más que 4. En primer lugar por un asunto de seguridad empresarial para evitar un caso como el del Banco Popular, el cual se lo quedó el Santander por 1 euro provocando la evaporación de todo el dinero invertido por todos los accionistas del Popular. Mediante la fusión de CaixaBank y Bankia, sin embargo, se genera uno de esos bancos de los que se dice que son demasiado grandes para dejarlos quebrar. El tamaño que ganan los dos bancos les viene a garantizar que, en caso de emergencia, tendrán que ser rescatados porque no se les podrá dejar caer. La principal ventaja económica de la fusión, sin embargo, es otra.
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Los bancos en general tienen un exceso de capacidad. La actividad bancaria cada vez es menos presencial. A todos los bancos les sobran sucursales y trabajadores. Si en una misma localidad o un barrio Bankia tiene una sucursal y Caixabank otra, seguramente cerrarán una de las dos y darán una salida a los trabajadores. Esto les permitirá a ambas entidades reducir significativamente, con el ahorro de costes consiguiente, el número de locales abiertos y trabajadores en nómina. Este es el ahorro y por tanto el beneficio económico más visible que se puede vislumbrar a la operación.
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Según publicaba recientemente Expansión, Caixabank es el banco con más oficinas en España con unas 4.800, seguido de cerca por el Santander con alrededor de 4.600 y BBVA, con unas 3.000. Bankia contaba con más de 2.200. Es decir, la suma de CaixaBank y Bankia genera una entidad con unas 7.000 oficinas frente a las 4.600 del Santander. O dicho de otro modo, la nueva entidad puede cerrar 2.400 oficinas, con el consiguiente ahorro de costes (empleados, alquileres, mobiliario, electricidad, mantenimiento, seguridad, etc), para quedar al nivel del Santander.
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En el caso concreto de Navarra, la afectación puede ser escasa porque escasa es también la presencia de Bankia en nuestra comunidad. La Fundación Caja Navarra, última reminiscencia de la extinta Caja Navarra, como accionista de Caixabank verá diluida aún más su participación en la nueva entidad, aunque no es una pérdida relevante ya que su capacidad de decisión ya es irrelevante en la actualidad. Como accionista, por el contrario, podría verse beneficiada, si bien la rentabilidad de la banca viene lastrada hace años por los bajos tipos de interés y la competencia. Los tipos de interés es imposible que suban porque la deuda mundial estallaría como una supernova. O sea, el movimiento y los recortes de gastos podrían servir más para limitar pérdidas en un negocio menguante que para conseguir grandes beneficios futuros, pero a fin de cuentas liberarían de presión a la acción.
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Cabe finalmente realizar una pequeña consideración sobre la participación estatal en Bankia del 60% y el dinero del rescate bancario del que se benefició esta entidad. Decíamos que a Podemos le disgusta la fusión porque aleja la creación de una banca pública a partir del embrión bancario de Podemos. De algún modo podría parecer que el estado rescató a Bankia y ahora pierde su control… y el dinero del rescate. En realidad es más lo primero que lo segundo. Es decir, el dinero se recuperará si se revaloriza la entidad, lo cual por lo explicado es más probable si se produce la fusión. Que se pierda control estatal por otro lado podría ser hasta bueno lo que nos lleva a recordar que el rescate bancario no fue tal, que lo que se rescató fue a las cajas. O sea, al sistema bancario pseudopúblico. No se puede echar la culpa del colapso de la CAN a los políticos, por ejemplo, y después predicar las bondades de la banca pública. Si el rescate “bancario” fue culpa de la mala gestión y supervisión de los políticos (que en el caso del hundimiento generalizado de las cajas los hubo de todos los colores), la respuesta a lo que sucedió nunca puede ser más banca pública gestionada y supervisada por los políticos, o sea más de lo mismo.
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Un comentario
mal rollo. Despidos y prejubilaciones y menos tiendas donde pedir dinero y donde tener cuentas. Se reduce la oferta y ahora van a quedar cuatro bancos en España y los clientes van a ser cautivos.