Anaitasuna ha sido la última peña sanferminera de la Federación de Peñas en desmarcarse de la abominable pancarta de Armonía Txantreana y sumarse a la declaración de rechazo de Oberena.
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La pregunta llegados a este punto es si alguna peña más va a desmarcarse o si todo el resto permanece fiel a la ortodoxia marcada por Bildu, ATA o quien sea ahora el que predomine en la selva de la izquierda abertzale. No olvidemos que la Federación de Peñas la componen 16 peñas y estamos celebrando como un gran hito un desmarque de sólo 2.
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Un hito sería que una de las peñas se saliera de la Federación. O que se salieran varias peñas y formaran una federación alternativa. O que dejáramos de financiar entre todos, directa o indirectamente, a la Federación de Peñas. Todo lo demás son pequeños gestos puntuales en el tiempo que están bien, que son mejor que no hacer nada, que distinguen levemente a sus autores dentro del oscuro magma actual, pero que tampoco van mucho más allá. Si Armonia Txantrena no hubiera rebasado todas las medidas con su pancarta dedicada al asesino de Tomás Caballero, ¿qué pensaríamos por ejemplo de la propia pancarta de Anaitasuna? ¿Ha convertido Patxi Ruiz en buena la pancarta de Anaitasuna porque en ella sólo se apoya a los “txabales” de Alsasua? Obviamente hay una diferencia cuantitativa entre los “txabales” de Alsasua y Patxi Ruiz, pero es el tipo de diferencia que hay entre el COVID-19 y otros coronavirus, no la que hay entre los virus y los gatitos.
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En todo caso, los gestos de Oberena o Anaitasuna facilitan la apertura en torno a las peñas de tres escenarios.
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Un primer escenario es que todo siga como está y que muchos navarros elijan de primeras la Peña Mutilzarra o Pampaelo, o bien se salgan de las peñas de la Federación redirigiéndose hacia estas.
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Un segundo escenario es que alguna peña de la Federación de el paso salirse de la misma y ofrecer a sus socios actuales o posibles socios futuros la permanencia en la peña pero independiente y libre de ataduras federativas. También podría haber varias peñas que se salieran de la actual federación y formaran otra.
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Como tercer escenario, si ninguna peña de la Federación decide abandonarla, para las personas que no tengan una conciencia de esparto al menos existirá una pequeña capacidad de elección entre las peñas que se han desmarcado de la pancarta abominable y las peñas que se han puesto de canto. Si no un trasvase hacia afuera, poco a poco al menos podría haber un trasvase interno de socios de otras peñas hacia Oberena o Anaitasuna.
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El mal es rechazable siempre incluso en el supuesto de que alguna vez genere algún beneficio para su autor. En este caso, sin embargo, al deber moral de rechazar el mal se une la evidencia de que esta penosa pancarta no va a traer ningún beneficio ni a la Federación de Peñas ni a Armonía Txantreana. La pancarta en cuestión ha generado división interna y ofrecido una muy mala impresión de las peñas de la Federación a la mayoría de la ciudadanía. Cuando alguien hace el mal pero además el mal que hace no le genera beneficio alguno sino un perjuicio, además de malo lo hecho se debe considerar estúpido.
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Un comentario
He visto las pancartas de todas las peñas. son tan feas y ausentes del más mínimo gusto como es tradicional en ellas. y siguen siendo una herramienta del Anschluss nacional-comunista que arrastra a navarros que ni saben qué ni quienes son.
En cualquier caso, es de agradecer que dos de esas peñas se desmarquen de las otras. Aunque, su mal gusto y descarado sesgo político hace dudar de si son sinceros o si son simplemente una excusa para que los de la esvástica vasca parezcan plurales.