Diario de Navarra entrevistaba ayer Jesús San Miguel Izquierdo, el director de Medicina de la Clínica Universitaria, alguien sobradamente capacitado por tanto para hablarnos de lo que ha pasado en primera línea con el COVID 19 y de lo que puede pasar.
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Entre todas las cosas interesantes que cuenta el doctor San Miguel, sin embargo, hay una que resulta particularmente impactante y es la de que “se ha hablado mucho de las UCIs, pero ya estaban perfectamente capacitadas, no hay que ampliarlas ahora a lo loco”.
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Esta afirmación del entrevistado puede resultar un tanto chocante y contraintuitiva, pero tiene su explicación perfectamente racional: “pongo un ejemplo de respuesta: choque de dos AVE en la estación Delicias de Zaragoza con 1.000 heridos. Todo colapsado. Los hospitales no dan abasto, ¿qué hacemos, multiplicamos los quirófanos? Si luego van a estar cerrados. Las catástrofes hay que gestionarlas como catástrofes. Pero sí hay cosas para las que debíamos estar mejor preparados o actuar antes”.
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Efectivamente, el razonamiento parece impecable. Puede que un día suceda algo que haga que necesitemos 50 veces más camas UCI que las que necesitamos normalmente, pero no podemos tener 50 veces más camas UCI de las que necesitamos por si sucede ese algo. Todo el resto del tiempo estaríamos gastando una enorme cantidad de recursos en algo que no necesitaríamos. No se salvaría ninguna vida con todo ese gasto. No sería sostenible ese gasto. Por el contrario, perderíamos vidas porque esos enormes recursos harían falta para salvar vidas y hacer cosas en otras áreas.
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Antes de esta entrevista ya habíamos visto gráficas en las que se apreciaba, por ejemplo, que el número de camas UCI en todos los países del mundo desarrollado habían venido bajando hace bastantes años. No por recortes globales, sino porque precisamente la mejora de la sanidad hace que una mejora de la atención conlleve que menos gente tenga que pasar por la UCI. Por otro lado, obviamente hubo momentos de la crisis sanitaria en que faltaron camas UCI, y países como Alemania tienen más UCI que nosotros, pero la diferencia de muertos entre España y Alemania no se explica por el número de camas UCI, ya que tampoco explica la diferencia de muertos entre España y Portugal o España y Grecia.
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En este sentido y volviendo al ejemplo de los trenes que proponía el doctor San Miguel, parece bastante obvio que antes del choque de trenes, para quien quisiera verlo, era previsible con tiempo que había dos trenes que circulaban por la misma vía en sentidos opuestos, y que iban a chocar e iban a hacer falta muchas ambulancias y muchas camas en los hospitales. No nos han faltado UCIs y mascarillas por no haber tenido 10 veces más UCIs o cientos de millones de mascarillas almacenadas por si las moscas. Ha faltado el material porque, habiéndose podido tomar medidas antes, no se hizo nada hasta que fue muy tarde. Cierto es que si tienes cientos de millones de mascarillas almacenadas y un 90% de UCIs llenándose de polvo a lo mejor te puedes permitir el lujo de no estar atento a lo que se te viene encima, pero seguramente nunca hay recursos suficientes para suplir totalmente la incapacidad absoluta de prever lo que se te viene encima. Con algunos agravantes, como mentir, descalificar a los que sí estaban advirtiendo de lo que venía, o incluso cesar a los que acertaron y premiar a los que fallaron.
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